Así como todo, el vino evoluciona y la manera en que lo bebemos también. Frente al avance de las cervecerías artesanales, el vino redobla la apuesta y cada vez son más los espacios que proponen disfrutarlo por copa en un ambiente moderno y relajado.
Empezaron como una rareza y hoy ya están instalados en la cultura porteña. Es que los Wine Bars son lugares que colocan al vino en un lugar protagónico pero lejos de la formalidad de un restaurant. Como su nombre lo indica, se trata de un bar: un espacio relajado que permite degustar distintas etiquetas inéditas con platos a la altura, diseñados especialmente para acompañar pero eso sí, sin opacar.
Uno de los mayores representantes de esta tendencia es Vico Wine Bar, que además de una impresionante selección de vinos tienen una gran cantidad de máquinas italianas WineEmotion, unos dispensers de vino que permiten probar copas en diferentes medidas (35ml, 75ml y 150ml.) y tienen la virtud de conservar la botella en óptimas condiciones por hasta 24 días una vez abierta. Entre sus virtudes, ofrece la posibilidad de probar aquellos vinos muchas veces «inalcanzables» en una dinámica muy relajada. En cuanto al menu, en Vico no hay carta fija, la rotación es constante según la disponibilidad del producto.
Otro representante de esta nueva tendencia es Trova, un wine bar en el corazón de Palermo que propone «sacarle el saco y corbata» al vino para acercarlo a la gente común y sobre todo a los jóvenes, que se sienten atraídos por la posibilidad de tomar una copa en un ambiente más informal. El caso de la Cava Jufré en Villa Crespo también es representativo de la tendencia. Esta vinoteca abrió sus puertas en 2005 y su devenir en bar de vinos fue, de algún modo, gracias a la demanda del público. Aquí la tecnología también es un gran aliado y gracias a las máquinas argentinas New Wine, se puede probar excelente vinos por copa, sin necesidad de comprar la botella entera. Acompañan la propuesta, quesos, fiambres y bruschettas.