Todos los años en esta misma fecha se repite la misma escena: locura por el pan dulce de Plaza Mayor.
Cientos de personas hacen fila y esperan, pacientemente y desde la madrugada, que se abra la venta de pan dulce. No es cualquier pan dulce, es el de Plaza Mayor, una confitería típica de Monserrat que a lo largo de los años se ha convertido en la obsesión del público.
Muchos aseguran que se trata del «más rico de la ciudad» y sin dudas los clientes confirman la leyenda, ya que repiten año tras año la procesión para hacerse del codiciado bizcocho. Los horarios son bastante particulares: solo se vende pan dulce de 9:00 a 11:00 y de 17:00 a 19:00. Suena curioso semejante frenesí teniendo en cuenta que Plaza Mayor lo prepara todo el año pero es cierto que algunas tradiciones son imbatibles.
Vale la pena darse una vuelta para comprobar si efectivamente merece el título o no. Sin dudas, los clientes reconocen la calidad del pan dulce y, pese al calor se mantienen firmes en la fila para adquirir el suyo.
Repleto de frutos secos de la mejor calidad, de textura húmeda y el inconfundible toque del agua de azahar, este pan dulce se convirtió a lo largo de los años en sinónimo de tradición porteña. Aún con inflación a cuestas y precios que superan los de un corte de carne premium, los clientes siguen firmes haciendo filas interminables para llevar uno de estos exponentes a la mesa navideña. ¿Alguna vez lo probaste? ¿Conocés algún otro lugar que prepare pan dulce que sea tal furor?
Más info sobre este ícono porteño ingresando a https://www.instagram.com/plazamayorok/