A no confundir con la moscatel: la Moscatuel es una uva de origen argentino, descubierta a mediados de la década del 60 en la provincia de Mendoza. Te la presentamos.
De las más de 10 mil variedades de uva que existen en el mundo, se estima que tan solo tres mil son aptas para hacer vino. En Argentina se utilizan 90 tipos de uva para la producción vinícola y aún así, el protagonismo lo acaparan unas pocas, principalmente Malbec y Cabernet Sauvignon. A pesar de este monopolio de cepas, el terruño nacional ofrece algunas variedades de carácter 100% autóctono que vale la pena revalorizar. Tal es el caso de la Moscatuel, una rara avis de la familia de las rosadas, creada a mediados de la década del 60’ en Mendoza. Esta uva, que se mantiene como un secreto a voces, ya ha comenzado a despertar el interés de los productores gracias a su interesante estructura y potencia aromática.
La Moscatuel es una variedad argentina de triple propósito obtenida a partir del cruzamiento de Moscatel Rosado, Cardinal y Sultanina. De racimo grande y cónico y bayas de pulpa blanda, dulce y sin semillas, esta uva es ideal para la elaboración de pasas, vinos, y su consumo en fresco. La variedad fue descubierta hace 60 años por el ingeniero agrónomo Ángel Gargiulo en la Experimental Rama Caída del INTA, en San Rafael. A lo largo de su carrera, e inspirado por el trabajo del viticultor estadounidense Harold Olmo, Gargiulo introdujo 16 nuevas variedades de uvas sin semillas al país. Entre las más destacadas se cuentan la Emperatriz, Arizul, Serna, Aconcagua, Patricia, Patagonia, Carina, Aurora y por supuesto Moscatuel, entre otras.
Si bien la Moscatuel aún resulta desconocida para muchos productores, algunos más inquietos y ávidos de innovación ya comenzaron a incluirla en sus proyectos. Tal es el caso del joven y prometedor enólogo Mauricio Vegetti, que tras cosechar experiencia en proyectos de gran envergadura como Nieto Senetiner, Grupo Peñaflor y Gauchezco, se abrió paso con Lui Wines, su proyecto personal. Allí, además de continuar con el legado del Malbec y el Cabernet, Vegetti da rienda suelta a la creación. Fruto de esa exploración nació su ponderado espumante dulce natural, hecho a partir de uvas Moscatuel; resultando en un vino fresco y versátil que encanta a los paladares primerizos y funciona muy bien en cócteles.
“Conocí la variedad Moscatuel hace algunos años mientras probaba vinos del este de Mendoza y me sorprendió su carácter tiólico y potencia aromática”, cuenta Vegetti respecto a esta variedad. Si bien su experiencia con la uva fue para la elaboración de espumosos, Vegetti destaca que vinificada como monovarietal, la Moscatuel presentará características muy similares a las de un Sauvignon Blanc, tanto por su estructura como por su potencia aromática. Es por eso que al utilizarlo en cortes, probablemente se lleve mejor con variedades poco aromáticas.
En lo que respecta al cultivo, es una planta muy productiva, con un ciclo de maduración tardío y muy sensible. “El mayor desafío con estas uvas es lograr un buen grado de alcohol y sanidad, algo complicado ya que son muy sensibles a la pudrición, especialmente en períodos lluviosos”, apunta Vegetti. Si de maridajes se trata, las opciones abundan. Si es un vino tranquilo, acompañará muy bien mariscos y carnes blancas, mientras que como espumante resultará ideal para conformar cocktails. Al tratarse de una variedad rosada y aromática, resulta un vino ideal para todos aquellos que dan sus primeros pasos en el mundo del vino y buscan frescura y aroma en la copa.
Por Nayla Diaz para Revista Elixir