Ubicado en pleno corazón de San Telmo y fundado hace hace 120 años, el tradicional y antigüo Mercado goza de una profunda renovación que incluye, entre sus atractivos, un muy interesante propuesta gastronómica de sabores de todo el mundo y a precios accesibles. 

Parece mentira que una ciudad como Buenos Aires tenga tan pocos mercados. Estos espacios de abastecimiento de productos también funcionan, en muchos países, como los mejores patios gastronómicos para conocer los sabores típicos. Afortunadamente, la tendencia está cambiando y el Mercado de San Telmo comenzó a perfilarse a hace poco meses como un incipiente polo gastronómico que ofrece sabores diversos y delicias de todo tipo y cultura.

Fundado en 1897, se trata del único lugar en la ciudad que concentra en un solo lugar todas las expresiones de la cocina internacional con el potencial de cualquier mercado europeo o de las principales ciudades del mundo. A lo largo de sus decenas de puestitos es posible degustar desde tapas españolas hasta la raclette suiza, sin perder de vista las tradicionales empanadas y tamales argentinos, los crepes franceses y hasta la cocina de medio oriente, entre otras.

Lo interesante del Mercado es que cada local ofrece un menú exclusivo y diferente de las demás propuestas. Los pequeños puestos tienen la cocina a la vista, lo cual lo convierte en un gran atractivo a la hora de elegir el plato preferido, y los productos utilizados son comprados en el propio mercado, garantizando total frescura en las comidas. Además, todos los puestos son atendidos en forma personalizada por sus propios dueños.

Como ya se mencionó, la oferta culinaria incluye preparaciones de todo el mundo. Entre los hitos se destaca «Je Suis Raclette«, el primer y único restaurante de comida callejera suiza de la Ciudad que ofrece el plato insignia de su país: un queso fundido que se sirve acompañado por diferentes ingredientes irresistible. Otro de los lugares que llama la atención es Merci, la clásica boulangerie francesa en donde se puede disfrutar de distintos panes de masa madre, pain au chocolat y todo tipo de viennoiserie. Dentro de la sintonía europea también está Un, Dos, Crêpes, el segundo local del chef francés Ludovico Casrouge que ofrece 40 variedades de crepes y gran selección de cervezas importadas.

En clave argentina se encuentran El Hornero, que desde su gran horno de barro despacha contundentes empanadas y tamales; la Churretería, con los clásicos churros de chocolate y dulce de leche pero también variedades saladas; Verde Oliva, una tienda de productos regionales gourmet y picadas con fiambres y quesos exóticos y «Lo de Carmen», una de las únicas mujeres del mercado y presente en el barrio desde hace 5 años, antes del boom gastronómico. Carmen se dedica a los clásicos porteños que nunca pueden faltar: pastas y milanesas varias.

Directo desde España y con guiños a la música flamenca, se destaca De Lucía, uno de los pocos espacios porteños que ofrece una propuesta sabrosa y genuina de tapas españoles. Nombrado en homenaje al célebre guitarrista Paco de Lucía, ofrecen distintas tapas y tortillas memorables. La propuesta la acompañan con vermut especiado y por un momento, sentarse en la barra del lugar es como estar, de pronto, en el Mercado de San Miguel de Madrid.

La cocina de medio oriente tiene su espacio en Chelvie, donde ofrecen shawarmas y falafel, y también la comida americana, de la mano de The Market Burger, con su clásica propuesta de cocina americana. También está presente Hoboken, street food del mundo y cerveza tirada; una tienda de vinos para comprar y degustar en el lugar y por supuesto, un buen café de la mano de Coffee Town.

Así, este espacio porteño (declarado Patrimonio Histórico Nacional en el año 2000) vuelve a brillar con más esplendor que nunca. Con su estructura interna original de vigas, arcos y columnas de metal con techos de chapa y vidrio, que tiene en el centro una gran cúpula, sorprende a turistas pero sobre todo a los locales, que celebran la apertura de espacios pensados para disfrutar el tiempo libre.

A pocos minutos del Obelisco, de fachada típicamente italiana e interiores amplios, se trata un lugar donde pasado y presente se unen para ofrecer una experiencia única, combinando las antigüedades, artesanías, discos o juguetes viejos, los restaurantes, panaderías, carnicería, pescadería, verdulería y las miles de curiosidades que los visitantes podrán encontrar bajo su espléndido techo.

MERCADO DE SAN TELMO
Abierto de martes a domingo
Bolívar 970, CABA.
www.facebook.com/SanTelmoDeMercado