Caseras, gourmet, empaquetadas. Completa, al plato o con papas fritas, quién no haya comido alguna vez una hamburguesa sería considerado un extraño. Es una de las comidas más populares, pero ¿cuál es su orígen?
Según describe el historiador español Pancracio Celdrán en «El Gran Libro de las Cosas», la primera hamburguesa data del Antiguo Egipto. “Dos tortas de pan con un pastel de carne, horneadas hace cuatro mil años, acompañaban la momia de un alto funcionario egipcio cuya tumba se descubrió a principios de nuestro siglo en las cálidas arenas del viejo país del Nilo», relata Celdrán.
Es probable que para ese entonces no fuera denominada de ese modo, pero la hamburguesa, tal cual la conocemos, estaba allí. “Es una comida antigua, cuyo origen occidental se relaciona con una práctica culinaria muy popular entre los tártaros, tribus guerreras que picaban la carne de su ganado reservando la de más baja calidad, y más dura, para elaborar con ella, una vez debidamente especiada, los famosos filetes tártaros, conocidos hoy como ‘filetes rusos’ en los restaurantes europeos”, agrega Celdrán.
Hacia el siglo XIV, Alemania sería el escenario de la conformación de las primeras hamburguesas con nombre de hamburguesa, aderezadas con ciertos ingredientes que se extienden hasta nuestros días. “Los alemanes tenían por costumbre aromatizar aquella carnes cuya baja calidad lo hacía necesario. Se utilizaba especias baratas, generalmente las del lugar; cocían luego la carne, una vez más aderezada, y constituía este plato la comida de los pobres. Como el lector ha podido colegir, el nombre le vino por la ciudad de Hamburgo, donde se le empezó a conocer como ‘filete hamburgués’”, explica el también periodista.
Años más tarde aterrizaría en norteamérica, lo que supuso su boom definitivo. Celdrán alude su viaje por el Atlántico a la fuerte llegada de inmigrantes ingleses y alemanes hacia 1880. No obstante, la fecha exacta en que apareció en EE.UU. es toda una incógnita. “Se sabe que ya se servía, exactamente como hoy, en 1904 en la famosa Exposición Mundial de Saint Louis, en el estado americano de Misuri, donde la gente acudía a numerosos stands de comida rápida en los que la estrella del momento no era otra cosa que la hamburguesa tal y como ha llegado hasta nosotros, de la masiva manera que conocemos”.