En un moderno restaurant al oeste de Tokio se está gestando una revolución. Alrededor de 30 vegetarianos se reunieron para debatir cómo hacer para convencer a los restaurantes de la ciudad capital de Japón para que empiecen a ofrecer una opción vegaetariana.
Tokio podría ser considerada la capital gastronómica del mundo; sus restaurantes tienen más estrellas Michelin que cualquier otra ciudad. Sin embargo, en materia de comida vegetariana, ha demostrado un atraso considerable en materia de oferta.
En vías de los Juegos Olímpicos de 2020, que se celebrarán en Japón, y con el auge de turistas vegetarianos, el grupo “Tokyo Smile Veggies” – en castellano “vegetarianos sonrientes de Tokio”-, aspira a que 50.000 restaurants ofrezcan platos vegetarianos para la fecha del evento deportivo.
Para llevar a cabo su cometido, este grupo de veggies sonrientes realizaran distintos talleres para explicar en qué consiste el vegetarianismo, y enseñar diferentes recetas para entrenar a los chefs.
“No es que queremos incrementar el número de restaurants vegetarianos, queremos que los restaurants existents sirvan comida vegetarian”, asegura Aya Karasuyama, una de los fundadores del movimiento.
Durante la última década, la comida macrobiótica y vegetariana tuvo un amplio crecimiento, lo cual derivó en la inauguración de alrededor de 500 locales dedicados a este nuevo paradigma alimentario.
A pesar de este boom, los restaurantes tradicionales de Japón no tienden a incluir comida vegetariana. De hecho, todo lo contrario, su cocina se caracteriza por tener mucha carne y frutos de mar. Y en muchos casos, los vegetarianos son mirados con extrañeza.
Hanae Matsuya se dedica a las relaciones públicas de algunos locales gastronómicos y asegura: “Los restaurants vegetarianos abren todo el tiempo pero terminan cerrando. Sucede que los japoneses son muy hábiles a la hora de cocinar con vegetales en su casa, pore so, cuando salen a comer afuera, eligen carne”.
Hanae afirma que la comida vegetariana “le salvo la vida”, ya que luego del Tsunami del 2011 se vio sumida en una profunda depresión y comenzó a llevar adelante una dieta macrobiótica. “Luego del terremoto todo cambió, la gente empezó a prestarle más atención a su salud y la procedencia de los alimentos. La seguridad alimentaria se convirtió en algo muy importante y muchos japoneses se involucraron en la producción de orgánicos”.
Kumiko Fukazawa, otro miembro del grupo fundador, se convirtió en vegetariana por problemas de salud al tiempo que suspendió la carne de la dieta de su esposo Shusei’s. “Al principio la comida era horrible pero con el tiempo se puso cada vez mejor y comencé a sentirme más saludable, además de perder 13 kilos, por eso ahora soy vegetariano también”.
Históricamente, Japón tiene tradición vegetariana; los budistas son el mejor ejemplo de ello con su tradicional plato “Shojin Ryori”. Sin embargo, para Masato Hayashi, vegetariano desde que era adolescente “ha sido muy duro ya que mucha gente desconoce lo que implica ser vegano”.
Patricio Garcia de Paredes, un español especializado en cocina macrobiótica vive en Yamanashi, al oeste de Tokio y viajó a la capital para la reunión. «Los chefs japoneses son muy buenos a la hora de cocinar con vegetales, pero creen que sus clients solo quieren carne”, dice.
“Hace 20 años si un vegetariano pedía una ensalada en un restaurant lo miraban con lástima, pero eso cambió por completo y lo mismo pasará en Japón”.