En vísperas del Día internacional del Chardonnay, Lorena Mulet, enóloga de Bodega Cruzat, comparte las características de la variedad de uva blanca más conocida en el mundo. La Chardonnay es la cepa protagonista de su exclusiva línea de espumosos Single Vineyard: Cruzat Orgánico y Cruzat Finca la Dama.
El último jueves de mayo, antes del Día de los Caídos en Estados Unidos, se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Chardonnay. Este 2024, es el jueves 23 de mayo.
Cultivada principalmente en Borgoña, Chablis y Champagne, la Chardonnay es la principal variedad blanca de Francia. “Si bien es una uva muy delicada, a la que hay que cuidar día a día, su excelente adaptación climática hizo que hoy esté presente en casi todas las regiones productoras de vino del mundo”, detalla Lorena Mulet, enóloga de Bodega Cruzat.
Esto la llevó a consagrarse como la “reina de la uvas blancas” y una de las variedades más conocidas a nivel global, junto con la tinta Cabernet Sauvignon.
En Argentina, de acuerdo a los últimos informes del Instituto Nacional Vitivinícola (INV), la Chardonnay está presente en 16 de las 18 provincias vitivinícolas: Mendoza concentra el 83% de los cultivos, seguido de San Juan y Neuquén.
“En Argentina contamos con una gran diversidad, ya que se produce vino desde el Norte al Sur y del Este al Oeste. Esto permite lograr productos con identidad propia en cada región y, por supuesto, la Chardonnay es una de las uvas principales cuando hablamos de vinos espumosos de calidad”, afirma la enóloga.
COMO EN FRANCIA, PERO CON IDENTIDAD ARGENTINA
Con 20 años de historia, Bodega Cruzat es la única bodega argentina dedicada exclusivamente a la elaboración de espumosos bajo el método champenoise. Este método implica que luego de una primera fermentación y tras el embotellado, se realiza una segunda fermentación en botella.
“Desde el inicio el objetivo fue desarrollar vinos espumosos de primera calidad y respetando al máximo la tradición francesa, pero con toda la personalidad que le da nuestro terroir mendocino”, explica Lorena Mulet, enóloga de la bodega.
El método champenoise permite espumosos con una complejidad y elegancia muy elevadas, con la sensación cremosa en boca que los caracteriza. Pero para alcanzar eso, Lorena Mulet remarca que la calidad de la uva es clave: “Cuando uno apuesta a espumosos bajo el método champenoise y con uvas como la Chardonnay, pensada desde el viñedo para ese fin, la vara de calidad ya está puesta bien alta”.