Fayer Madrid y Fayer Buenos Aires se fusionaron en una noche excepcional: es que el reconocido chef Mariano Muñoz junto a Franca Ruderman sorprendieron a todos los presentes con un menú fresco y exótico. De tapeo sirvieron unas papas bravas con labneh de harissa, anchoas de banco ahumada y babaganoush de zucchini. Luego como plato principal hubo shishik de cordero con freekeh y de postre el infaltable flan con dulce de leche y tahina.  

Hace un año los dueños de Fayer, Martín Loeb y Alejandro Pitashny, decidieron expandirse y abrir nuevas fronteras en Madrid. Fayer está ubicado en la céntrica calle Orfila y con un interiorismo sofisticado y contemporáneo, el espacio muestra la unión de dos culturas estrechamente relacionadas: Argentina e Israel.

Tanto la cocina de Madrid como la de Buenos Aires están lideradas por el chef Mariano Muñoz, un gran conocedor de las recetas israelíes tradicionales y un amante, como buen argentino, de la parrilla. El resultado es una propuesta diferente, fresca, exótica y muy mediterránea a la que se suman los inconfundibles cortes de carne argentina. 

Tal fue el éxito del local gastronómico argentino que la revista Condé Nast los eligió entre los 21 mejores restaurantes de Madrid. Este reconocimiento llega en un momento muy especial ya que decidieron abrir cinco días antes de que se decretara el confinamiento total en España. Desde entonces pusieron en marcha un servicio de comida a domicilio, y hoy operan «con una excelente recepción» tras celebrar festejos como el Año Nuevo Judío y dar más protagonismo a la coctelería en la zona de la barra, donde también se puede comer de forma informal.

Fayer significa fuego, un elemento central en la cocina de este espacio y que sirve de inspiración a la hora de desarrollar el concepto. Un lugar único que consiguió encontrar el equilibrio entre las recetas israelíes y los cortes de carne argentina a la parrilla.

Fayer presenta una carta única en la cual se encuentra el imprescindible Hummus clásico; el Falafel servido con salsa tahina y lebaneh; el Lajmayin, una masa fina al horno con ternera especiada, tomate y tamarindos. Dentro del sector parrillero se pueden apreciar los cortes argentinos como el Ojo de bife con chimichurri levantino o la Entraña con salsa criolla y, también, la Molleja ahumada con Ras el hanout. Aunque el gran protagonista de la carta es, sin lugar a dudas, el Pastrón con hueso. Se trata de su plato icónico preparado con un costillar de novillo curado durante 10 días en una mezcla de sal, azúcar y 13 especias. La pieza está ahumada en frío durante 8 horas y, finalmente, cocinada al vacío a baja temperatura durante 24h. Esta peculiar preparación es imprescindible probarla sobre todo con algunos de los vinos de la cuidada bodega, entre los que se incluyen muchas referencias argentinas, como no podía ser de otra manera.

El cuidado por cada uno de los detalles se transmite también en su espacio, sobrio pero acogedor con protagonismo de elementos arquitectónicos y materiales con mucho carácter como el Travertino o piedra Jerusalén y cálidos como la madera trabajada principalmente en un gran banco central ovalado. 

Fayer cuenta con dos zonas diferenciadas. Al cruzar su puerta nos encontramos con una barra, un ambiente más informal en la que poder picar algo, comer o tomar una copa. Unas escaleras separan este lugar del restaurante, un salón amplio y relajado que da servicio a 65 comensales. Al fondo, un íntimo reservado pensado para 10 personas 

Todo esto hace de Fayer el lugar perfecto para disfrutar de una comida de trabajo, una cena en pareja o una reunión de amigos en un entorno alegre y relajado.