Dentro de un domo en el patio escondido de un hotel se encuentra RU Omakase, donde la chef Romina Roux despliega un ritual en el que el mar argentino se convierte en protagonista absoluto.
Dentro de un domo en el patio escondido de un hotel se encuentra un pequeño restaurante que encierra cada noche a 10 comensales alrededor de una barra, la chef Romina Roux despliega un ritual en el que el mar argentino se convierte en protagonista absoluto. Así nació RU Omakase, una experiencia íntima que toma como punto de partida la tradición japonesa y la cocina francesa para reinterpretarla con productos locales.
La propuesta refleja el recorrido profesional de Roux, quien se formó en Argentina y perfeccionó sus técnicas de cocina japonesa. Su búsqueda estuvo siempre vinculada al producto del mar y a la precisión del corte, pero también a una mirada contemporánea que se aleja de lo ortodoxo para construir un relato propio. Antes de abrir su espacio, trabajó en restaurantes de alta cocina donde incorporó disciplina y respeto por el producto, para luego volcar esa experiencia en un formato personal y de escala reducida.

Más allá de su trayectoria profesional, Roux transmite en cada servicio una impronta personal que combina sensibilidad y rigor. Nacida en Buenos Aires, encontró en la cocina japonesa un lenguaje donde podía unir disciplina y creatividad. Se define como una cocinera inquieta, marcada por la constancia y el detalle, y también como una anfitriona que valora la cercanía con los comensales. Sus referentes incluyen maestros japoneses de los que aprendió la técnica del cuchillo y la ceremonia del servicio, así como cocineros latinoamericanos que la inspiraron a mirar con otros ojos la despensa regional.
Un recorrido que homenajea el mar atlántico
El recorrido comenzó con un menú en base a pesca fresca del Atlántico y a lo largo del tiempo se amplió, sumando mariscos, algas y moluscos en distintas preparaciones. La secuencia cambia según la temporada y la disponibilidad, siempre con el foco puesto en resaltar la diversidad del mar argentino.
La dinámica mantiene su esencia: un único turno, de miércoles a sábado a las 20.30, donde la interacción directa entre la chef y los invitados es parte central de la propuesta. El maridaje acompaña con una selección que combina sakes, whiskies japoneses y vinos argentinos, reforzando el cruce cultural y el sentido de viaje.

Hoy, el domo sigue siendo refugio y escenario de un formato que conjuga técnica, producto y narrativa. Reservar una de sus diez butacas requiere anticipación y un gesto de confianza. Más que un restaurante, RŪ se consolidó como un manifiesto.
El Atlántico, reinterpretado desde Palermo, demuestra que puede hablar en clave de omakase sin perder acento propio.
Rü Omakase
Gurruchaga 2121, Palermo, Buenos Aires
(Solo con reserva previa)
WhatsApp: (+54911) 4426-8072
Instagram: @ru.omakase

























