Los nuevos paradigmas de alimentación son una realidad. Cada vez es más frecuente toparse con alguien que sigue una dieta vegetariana, macrobiótica o vegana y asimismo con restaurantes que ofrecen este tipo de alternativas en su menú. Pero cuando creíamos saberlo todo, siempre aparecen nuevas variantes en la escena de la alimentación verde…
Los locávoros son aquellos que, a la hora de comer, priman el cuidado de su salud y del medioambiente, de este modo, solo consumen productos locales. El origen de la palabra viene del latín localis = localidad y vorus = comedor. El término es bastante nuevo, se acuñó por primera vez hace casi 10 años en San Francisco, Estados Unidos, cuando un grupo de eco-foodies se propuso consumir alimentos completamente locales para reducir el impacto ambiental en lo que implica el traslado de alimentos.
Para los locávoros, la verdadera “alimentación consciente” no pasa por consumir orgánico o macrobiótico. El enfoque de consumir producto locales va desde la supuesta reducción de la huella de carbono al bajar el gasto de energía en transporte y refrigeración; hasta el hecho de favorecer el desarrollo de los productores locales, evitar intermediarios y adoptar hábitos más saludables y naturales, consumiendo más alimentos frescos, estacionales y, por lo general, libres de agrotóxicos o elaborados artesanalmente.
Esta nueva tendencia (y no tan nueva) de consumir productos locales ya se hizo eco de muchos chefs argentinos. Tal es el ejemplo de organizaciones como ACELGA (Asociación de Cocineros y Empresario Ligados a la Gastronomía Argentina), que apunta, en sus bases fundacionales, “a promover el consumo de productos locales y de estación”, o la feria orgánica Sabe la Tierra, que apuesta a consumir local y orgánico.
Otro exponente es GAJO (Gastronomía Joven), que en 2013 organizó el ciclo “Comé Local”, a través del cual, cada mes, distintos restaurantes proponían un menú rotativo con dos ingredientes locales como protagonistas, para alentar la difusión de los alimentos autóctonos.