El té verde se ha convertido en una infusión muy difundida, sin embargo hay algunas afirmaciones que está bueno comprobar. Por eso veremos cuáles propiedades de esta bebida son un mito y cuáles realidad.
El té verde es una hierba diferente al té rojo o al té negro.
MITO. Todos estos té están hechos con la misma hierba, la Camellia Sinensis, pero en distintos estados de oxidación y por eso su color es diferente. El té verde, por ejemplo, fue secado sin fermentar.
Ayuda a regular el estado de ánimo.
VERDADERO. Actúa como un relajante y energizante, por lo tanto le da al organismo una sensación de bienestar.
Es un efectivo quemagrasa.
MITO. Suele consumirse en muchas dietas con la finalidad de perder peso, pero no actúa quemando grasa acumulada, sino que se concentra en eliminar el colesterol malo de nuestro organismo y aumenta el gasto energético en un 4%, pero eso no quiere decir que bajaremos de peso.
El té verde es anticancerígeno.
VERDADERO. Es fuente de catequinas, que son una especie de flavonoides (componentes de las plantas beneficiosos para la salud) anticancerígenos.
No debe tomarse con las comidas.
VERDADERO. Los tés, cualquiera, dificulta la absorción de hierro y vitamina C de parte del organismo, por eso se recomienda consumirlo junto con las comidas, sobre todo para personas anémicas.
Puede ocasionar problemas en el hígado.
VERDADERO. Su consumo en exceso (como cualquier cosa que hagamos en exceso) puede ocasionar insuficiencia hepática. Por ello, se recomienda evitar las dietas que proponen un consumo elevado de tazas de té verde al día.