A los amantes del vino les puede resultar atractivo y curioso o puede generar mucho rechazo. Se trata de un vino de color azul intenso creado por cinco españoles veinteañeros que se propusieron revolucionar esa clásica bebida.
El vino se llama Gik y su color se debe a la mezcla de un pigmento llamado antocianina que se encuentra en la piel de la uva tinta con otro pigmento de origen natural llamado indigotina. En el año y medio que tiene de vida ya va por las 100.000 botellas vendidas.
«La del vino es una industria profundamente tradicional, con unas reglas muy estrictas y donde reina cierto elitismo, la convicción de que sólo los paladares expertos, curtidos en mil catas, pueden realmente apreciar en su plenitud un buen caldo», sostuvo Aritz López, de 22 años, uno de los padres de Gik.
Gik tiene otra particularidad, se trata de una bebida reducida en calorías. Aunque a algunos vinos se les añade azúcar antes o durante su proceso de fermentación para corregir la carencia puntual de esa sustancia en el mosto (un proceso que se conoce como chaptalización en honor al químico francés Jean-Antoine Chaptal, que fue quien lo inventó en el siglo XVIII), el vino azul se elabora con edulcorantes no calóricos.
El vino azul no tiene el sabor de los vinos tradicionales, sino que es más empalagos y sus creadores han recibido muchas críticas pero esto los pone contentos.
En España la botella de Gik ronda los 8 euros y también se vende en Holanda, Reino Unido, Francia, Alemania. «Queremos dar el salto a América Latina y a Estados Unidos y Canadá. Tenemos muchísimo interés en llegar allá. Nos costará más que Europa, pero llegaremos«, prometen.