cynar julep

Lo que pasó en bares y barras en los últimos 20 años es una revolución que alumbró el  nacimiento de figuras de la escena, locales, cientos de cócteles nuevos, y también  distintas formas de beber. En este escenario nació el Cynar Julep, un cóctel con una  mística única y una importancia decisiva en nuestro país.  

Creado por la imaginación y el trabajo de una generación de bartenders que  reinventaron la coctelería local, la historia del nacimiento del Cynar Julep circuló de boca  en boca, fue creciendo como leyenda, y cada protagonista le fue brindando un espíritu  propio. 

Su ingrediente principal, el Cynar, se destaca por su versatilidad y sabor distintivo. Es un  aperitivo donde lo dulce y lo amargo se equilibran mutuamente, y cuyo ingrediente base  son las alcachofas. Su sabor único es el resultado de la infusión de 13 hierbas y plantas,  incluidas las hojas de alcachofa, en una mezcla ligeramente alcohólica. Su nombre deriva  de la definición botánica de esta planta de la familia de las asteráceas: Cynar Scolymus.  La receta de Cynar se mantiene inalterada desde que fue lanzada por primera vez, en  Italia en 1952 por Angelo Dalle Molle, un emprendedor y filántropo veneciano. Según la  tradición popular, antiguamente los extractos, decocciones y tinturas de la alcachofa se  utilizaban con fines depurativos. 

ÉPOCA DE CREATIVIDAD 

Para empezar a conocer la historia del Cynar Julep hay que ir a la raíz. “A mí me costó  mucho empezar a crear cócteles” cuenta Santiago Lambardi, socio de Hierro, Casa de  Fuegos y autor de la primera receta del cóctel.  

El marco fue Sucre, espacio nacido con el bartender y empresario gastronómico Tato  Giovannoni al frente en el convulsionado 2001. Santiago se inventó una experiencia  previa para poder trabajar ahí y juntos formaron un equipo para el que la principal tarea  era simple: lograr que la gente tome cócteles.  

Las caipirinhas y el mojito reinaban. Tato y Santiago servían cócteles directamente en  las mesas, buscaban que la presentación fuera llamativa para que el público los pidiera  más, y eventualmente el éxito del lugar hizo que los clientes tuvieran que esperar y  muchos empezaran a tomar cócteles para amenizar la espera.  

En el 2005 Tato partió a Nueva York y Santiago quedó al mando con ganas de proponer  algo. “El cóctel se inspira en un fin de semana que tuve con grandes amigos, un atardecer 

en el campo escuchando música”, evoca Santiago. “Cuando volví del viaje quería hacer  un cóctel que transmitiera esa esencia. Por eso lleva menta, que de alguna manera  representa el pasto. También siempre pensé que fuera un cóctel que no se tuviera que  revolver sino armarse en capas, porque tenía la intención de contar una historia. La  botella de Cynar estaba ahí, era linda, empecé a probarlo y lo fui armando hasta que me  gustó”. 

Aquella sensación de un atardecer plácido y alegre entre amigos fue remarcada en el  lugar que el Cynar Julep ocupó en la carta de Sucre: en una sección titulada “Here Comes  The Sun” en honor a la canción de los Beatles, junto a otros cócteles refrescantes, herbales y frutales ideales para comenzar la velada al atardecer. 

Además de la menta fresca, la receta inicial incluía lima, almíbar, hielo roto, Cynar, gin y  gaseosa Citrus. No llevaba jugo de pomelo y la menta sólo iba al fondo del vaso. Vale  recordar que tener menta fresca en una barra hoy parece usual, pero fue una conquista  de los bartenders en los años en que las cocinas empezaban a poner al frente la  importancia de la calidad de los insumos.  

“El cóctel tiene notas de alcachofa, de un aperitivo como el Cynar con matices complejos  y amargos. El jugo de pomelo aligera el trago y lo hace más ameno. Me gustan los  cócteles que evolucionan bien en el vaso, y en el Cynar Julep el último trago se sostiene”,  enumera Santiago sobre las bases del atractivo de su creación.  

DE SUCRE A TODO BUENOS AIRES 

El Cynar Julep se empezó a vender y mucho. Los primeros en hacerlo propio fueron los  bartenders, parte de una comunidad que se empezaba a consolidar y forjaba las bases  del renacimiento.  

Luego de su invención en Sucre, Santiago lo sumó a la carta que elaboró para El  Diamante, lugar que supo atraer a todos los bartenders de la época mientras estuvo  abierto. Norman Barone, el bartender del espacio, fue el primero en difundirlo y  masificarlo. De esta manera, el Cynar Julep logró algo poco común: aparecer en el menú  de un bar distinto al que lo vio nacer. Y fue así como empezó un camino que nunca se  detuvo.  

Poco a poco, en manos de bartenders, el Cynar Julep recorrió Buenos Aires de sur a  norte. En el 2004, Florencia Capella y Julian Díaz fundaron 878, un bar muy importante  para Buenos Aires y para el Cynar Julep. Un lugar sin lujos, apto para todo público,  escondido en Villa Crespo, y apuntado a los cócteles clásicos. Los trabajadores  gastronómicos de la noche se enamoraron a primera vista y lo adoptaron como lugar  de cabecera  

En su primera versión en la carta de 878, en el 2011, el cóctel aparecía con gaseosa de  pomelo, mientras que en la del 2012 ya figuraba con jugo como parte de la receta.  Finalmente, la preparación definitiva del Cynar Julep que quedó en el menú incluía  también gin. 

Esa receta fue la que llegó en 2012 a Tales of the Cocktail, en el primer seminario  argentino en el festival histórico de coctelería. El periodista Camper English estuvo en el  seminario y remarcó la importancia del Cynar para los bartenders argentinos. Y un año  después, durante su paso por Buenos Aires, destacó al cóctel en su nota para Diffords  Guide. El Cynar Julep cruzaba fronteras.  

En el 2010 el Cynar Julep tuvo otro hito clave en la carta de Frank’s, el primer speakeasy del país. Allí aparecía en la sección de clásicos, en una lista en la que estaban también el  Horse’s Neck, el Old Fashioned, el Sherry Cobbler y el Gimlet, entre otros. Frank’s supo  destacarse en un momento en el que los cócteles clásicos retomaban su relevancia y  donde no había muchos lugares donde ir a beberlos. Y el Cynar Julep sumaba un extra:  el de la identidad.  

En la versión de Frank’s, el Cynar Julep llevaba azúcar negra, abandonaba el gin, sumaba  un penacho de menta para terminar y por supuesto, se basaba en una generosa dosis  de Cynar.  

Sebastián Garcia (actual director creativo en Presidente y Nobel) recuerda muy bien al  Cynar Julep. El cóctel marcó su memoria en aquellos años en los que comenzó, muy  joven, a trabajar en Frank’s. “Me conquistó por varios motivos. Me gustaba darlo a  conocer y prepararlo hasta en mis francos. Me llevaba la menta que sobraba en el bar y  lo hacía para el asado de los domingos”, rememora.  

“Es el último gran clásico. Si lo hubiera inventado algún gringo hoy sería tan famoso  como el Cosmopolitan o el Penicillin”, asegura Federico Cuco (hoy a cargo de la barra de  Verne Club), quien lo probó por primera vez en la escuela de coctelería de Juan Luciani  preparado por Norman Barone. Y aunque ya conocía al Cynar por su abuelo, nació una  historia de amor para siempre.  

Eventualmente, el Cynar Julep llegó a las cartas de bares de todo el país y trascendió  fronteras con recomendaciones en medios y bares de Estados Unidos, Brasil, Perú, Chile,  España y Uruguay. Y con su recorrido de dos décadas, ha sido para muchos bartenders  el primer cóctel que prepararon, uno de los primeros que tomaron y también una  inspiración a seguir creando.  

“Hay algo de factor sorpresa en un clásico. No se gesta pensando en que va a tener éxito:  uno hace un cóctel simplemente pensando en que del otro lado guste. Y creo que un  clásico sorprende a quien lo crea y al que lo está probando”, concluye Santiago  Lambardi. “Puse la semillita pero a partir de eso hubo un montón de variantes que  fueron muy lindas que hacen que hoy, 20 años después, estemos celebrándolo”.  

EL CYNAR JULEP PERFECTO  

cynar julep

Ingredientes: 

  • Menta fresca 
  • 15 ml de jugo de limón 
  • 15 ml de almíbar simple 
  • Hielo partido 
  • 60 ml de Cynar 70
  • Jugo de pomelo (para completar) 

Preparación: 

Machacar suavemente la menta en un vaso de trago largo, con el jugo de limón y el  almíbar simple. Agregar abundante hielo partido, Cynar e integrar. Completar con el  jugo de pomelo.  

Según Santiago Lambardi, al momento de preparar el mejor Cynar Julep es ideal tener  en cuenta una serie de recomendaciones. Así, la menta ideal para el cóctel es la inglesa  o piperita, y no la menta negra que es mucho más invasiva. Además, si buscamos un  cóctel de calidad, tanto el jugo de limón como el de pomelo deben ser exprimidos y no  de cartón. 

Finalmente, en relación con el hielo la sugerencia es romperlo un poco antes de  incorporarlo. El hielo no tiene que flotar: si eso sucede, está aguando el trago y no  manteniendo el frío.