Por su gran versatilidad, cada vez son más los restaurantes que apuestan a acompañar sus platos con burbujas: Comer con espumosos, las claves de este marcado crecimiento.
Durante los últimos años, los espumosos lograron trascender su consumo más allá de las festividades y cada vez son más los restaurantes que dejaron de ver en las burbujas una opción sólo para la copa de bienvenida o el “fin de fiesta”: hoy los ofrecen como alternativa para acompañar las comidas de sus menús, a la par de cualquier vino tranquilo.
“Los espumosos son bebidas muy versátiles que acompañan una enorme variedad de platos. Esto se da porque no invaden ni compiten con la comida”, afirma Lorena Mulet, enóloga de Bodega Cruzat, la única bodega argentina dedicada exclusivamente a la elaboración de espumosos bajo el método champenoise.
Y agrega: “Así como sucede en otros países del mundo, Argentina se suma cada vez más a esta tendencia y, tanto los chefs como los sommeliers, valoran y apuestan a esa versatilidad”.
Por ejemplo, los espumosos hoy están presentes en restaurantes fine dining como Trescha y Elena (Four Seasons), en cocinas de autor como la de Roux, en barras de sushi como las de Anasagasti Bar y Osaka; así como también para acompañar tapas, pastas y carnes en espacios gastronómicos como Porco, Granero, Italpast Faena y Chizza Cardales.
LAS CLAVES DE ESTA TENDENCIA EN CRECIMIENTO
“El gran desafío que teníamos con los espumosos era la desestacionalización, algo que fuimos logrando con el paso de los años. Pero para afianzar su consumo durante todo el año, necesitábamos mostrar el amplio abanico de los diferentes tipos de espumosos que se pueden elaborar y no centrarse en una sola categoría”, sostiene Andrés Heiremans, Gerente General de Bodega Cruzat.
En ese sentido, Geremías Bibbo, Chef de Porco, analiza: “Es interesante ver cómo los espumantes han evolucionado de ser simplemente para una celebración, a ser una elección versátil que puede acompañar todo un menú, desde el primer plato hasta el último. Esto demuestra la versatilidad de estos vinos en maridajes gastronómicos”.
En Trescha, el exclusivo restaurante de menú por pasos, lo eligen para acompañar todo tipo de snacks: “Sea dulce, salado o picante, la burbuja siempre es una excelente opción y es de las copas que los clientes más nos celebran. Considero que tiene que estar siempre en la carta de un restaurante porque es una de las bebidas con más versatilidad a la hora de maridar”, afirma la Head Sommelier Maria Del Pilar Carelli.
“Si bien con el sushi ya es una combinación conocida y aceptada, nos sorprende cómo en el restaurante muchos comienzan las entradas con espumosos, y luego deciden continuar el resto de la noche sin cambiar de bebida”, explica Nicolás Garófalo, Head Chef y socio de Anasagasti Bar.
Un punto con el que coincide Martín Rebaudino, Chef de Roux Restó: “Los espumosos se caracterizan por sus aromas a levadura y a pan recién horneado, algo que atrae mucho. Notamos que en los últimos años el consumo cambió bastante: ahora la gente hace todo un menú maridado con espumosos”.
UN ABANICO DE OPCIONES PARA DESCUBRIR
Si bien en cuestión de maridajes las posibilidades son infinitas, hay diferentes estilos de espumosos que acompañan de forma más armoniosa algunas comidas. “En líneas generales, los Nature y los Extra Brut con bajo contenido de azúcar van bien con mariscos y pescados preparados con salsas muy livianas”, afirma Lorena Mulet.
Para las carnes rojas o salsas más fuertes, los Rosé son una muy buena opción. “También recomiendo mucho el Cruzat Naranjo para las carnes más grasosas: lo probé con mollejas y me encantó la unión. Al ser un espumoso elaborado con pieles –como si fuera un tinto–, su estructura en boca realza los sabores de ambos”, cuenta la enóloga.
Para la hora del postre, los dulces son espumosos que nunca fallan, ya que se trata de un maridaje por afinidad. “Son un gran aliado de opciones con mucho chocolate, como un volcán o una torta”, dice Andrés Heiremans.