Se estrenó Calabozos y Dragones, un film que adapta el conocido juego de rol a una película. El resultado es muy entretenido, sin una trama fuerte, pero con mucho humor apto todo público.

Por Werner Pertot

Calabozos y Dragones

Entrar en una cueva. Sacar la espada. Prender una antorcha. Ver como emergen los ojos de un dragón. Estos son algunos de los componentes de un juego de rol. Se trata de juegos que se juegan en torno a una mesa, con una combinación de teatro (se interpretan personajes imaginarios) y juegos de mesa (las acciones se resuelven con dados de muchas caras), como ya se vio en la serie Stranger Things. Ahora se sumó una película llamada Dungeons & Dragons: Honor Amongst Thieves, o Calabozos y Dragones: honor entre ladrones, que toma la franquicia de juegos de rol e intenta convertirla de acá en más en una marca para hacer películas y series. 

¿Un juego de qué?

Breve apartado para quienes no sepan qué es un juego de rol (si ya lo sabés, te podés saltear este párrafo): nacidos en los setentas, los juegos de rol son juegos de interpretación donde se construye colectivamente una historia, que puede ir de una aventura espacial, un thriller de horror o un mundo fantástico medieval como el de Dungeons & Dragons. Si viste Stranger Things, es exactamente como el juego que juegan los protagonistas: uno hace de narrador y va llevando los detalles de la historia (los personajes no jugadores, el ambiente, lo que va ocurriendo). Y el resto encarnan cada uno a un personaje dentro de ese mundo.  El resultado es un juego colectivo, el “teatro de la mente”. Muchas veces se usan hojas y papel (hoy existen también herramientas digitales) para anotar datos de los personajes, dados de muchas caras, mapas del castillo o la catacumba que se está explorando e incluso se pueden sumar miniaturas de personajes o monstruos para generar referencias. 

calabozos y dragones

Una de aventuras

La película de Dungeons & Dragons rescata ese espíritu lúdico y aventurero. La historia se desarrolla en uno de los mundos del Dungeon, conocido como Forgotten Realms (Reinos Olvidados), que es también el que ambienta los videojuegos más conocidos (por ejemplo, la saga de Baldur’s Gate). La película está plagada de referencias y easter eggs para quien juega al D&D, pero están tejidas de forma muy casual, por lo que realmente no hace falta ningún tipo de conocimiento previo para ir a ver la película.

Se trata de una película de acción en un entorno de fantasía medieval. La trama es genérica y bastante sencilla: un grupo de ladrones tiene que robar algo y arman un plan tras otro para conseguirlo. En el medio se pasa por todos los tópicos: la busqueda de un objeto mágico famoso, una villana re maligna, un paladín insufrible, los planes que fracasan en las partidas de rol, etcétera etcétera.

Calabozos y Dragones

La versión de los ochenta de D&D. La película del 2000, mejor olvidarla. 

Joda y acción en Calabozos y Dragones

El fuerte de la película, de todas formas, no está en el guión. La verdad es que la historia es super sencilla y en un punto no importa, porque esta es una peli superpochoclera. El fuerte está, por un lado en el humor, y por otro en las escenas de acción. 

Por el lado del humor, tengo que decir que me reí muchas veces a lo largo de la peli. Y también que la frase que más se me escapaba era: “¡Qué tarados!”. Claramente, las adaptaciones de juegos de rol encontraron en la comedia una forma de llevar a lo audiovisual algo que si no fracasa. Para ejemplo, tenemos el anterior intento de hacer una película de Dungeons & Dragons en los noventa con Jeremy Irons. Salió en el 2000 y fue un fracaso absoluto, con un tono solemne que la volvía ridícula y malísima.

Esta es mucho más juguetona y funciona porque no es toma nada demasiado en serio. Lo mismo ocurre, si lo pensamos, con la serie animada Vox Machina (la encuentran en Prime Video), que literalmente toma las campañas del grupo de roleros de Critical Role (un grupo de actores que hacen campañas de rol en YouTube y tienen millones de views). El tono de Vox Machina es absolutamente en joda, ácido y zafado. Acá el humor de la película de D&D bordea menos lo sexual. Los chistes son un poco más ATP, y más jugando con un humor bobo.

Las escenas de acción y los stunts están muy bien hechos. Michelle Rodriguez brilla con el personaje de la bárbara que interpreta y que protagoniza la mayoría de las escenas de combate. También hay una escena en un plano secuencia del escape de un castillo de la druida que está particularmente bien filmado.  Chris Pine como el protagonista hace de un bardo fracasado bastante convincente y gracioso. Hugh Grant… hace de Hugh Grant.

Monstruos por mil

Además de haber tirado por la cabeza todo el Manual de Monstruos de Dungeon (me imagino que va a haber polémica por el uso que hacen de un dragon gordo), en la peli hay guiños a películas clásicas como Jurasic Park o los Avengers, además de una referencia que quienes vieron la serie animada de Dungeons & Dragons de los ochenta van a disfrutar particularmente.

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Los monstruos, del juego de rol a la película

Por todo esto, la peli de Calabozos y Dragones es realmente disfrutable. No esperen una gran trama, ni unos arcos de personajes muy desarrollados. Es una peli para desenchufar el cerebro y agarrar el pochoco.

Y tal vez sea el comienzo de una franquicia. La empresa que controla el juego de rol, Hasbro, ya anunció versiones del juego en videojuegos populares como el minecraft, un documental de los 50 años desde la creación del D&D, una posible serie con otro de sus mundos llamado Dragonlance (que tiene más novelas que las de Tolkien). El objetivo parece ser que los juegos de rol salgan del sótano donde lo jugaban los pibes de Stranger Things y se vuelvan algo mucho más mainstream.