La trufa negra de Périgord es uno de los productos más buscados y mejor cotizados de la gastronomía internacional. Originalmente solo era posible encontrarla en países de Europa como Francia, Italia y España, sin embargo ahora, nuestro país decidió comenzar a producir esta deseada trufa negra en su propio suelo, haciéndose eco del vecino país Chile, que lo hace desde 2008.
De forma irregular por fuera, superficie rugosa y color muy oscuro, de lejos puede confundirse con una papa, pero en realidad es un hongo conocido como el «diamante negro» en la gastronomía. El interés por esta delicia de la naturaleza creció y cada vez hay más paladares que se rinden ante un producto antes sólo accesible para nobles y reyes. Pero Argentina no quiso quedarse atrás y por eso ahora ofrecerá este irresistible producto.
Con el nombre de «Trufas del Nuevo Mundo», un grupo de emprendedores argentinos está desarrollando la primera plantación a gran escala en la provincia de Buenos Aires, en un campo de 50 hectáreas cerca de la localidad de Espartillar. El cultivo, que aquí se realiza con robles y encinas, tiene uno de los rendimientos más bajo por hectárea, pero la rentabilidad hace la diferencia: un kilo de trufa fresca puede costar alrededor de 1.000 euros.
Se estima que el emprendimiento generaría entre 40 y 60 kilos de trufa fresca por hectárea. El mejor amigo del hombre, el perro, será elemental para la etapa de recolección, que se estima entre fines de 2016 y 2017. Es que el olfato de perros adiestrados, los emprendedores podrán detectar el famoso hongo bajo la superficie.
Así, además de destinar gran parte de la produccióna la exportación, los argentinos tendrán la posibilidad de acceder al hongo más cotizado del mundo de producción local.