Cada vez más presentes en los platos cotidianos, el champiñón y el portobello no solo aportan sabor y textura, sino que también ofrecen numerosos beneficios nutricionales. Con bajo contenido calórico, ricos en fibra y agua, y una excelente fuente de vitaminas B, se posicionan como ingredientes clave en una alimentación saludable.
Tanto el champiñón como el portobello son una fuente vegetal de proteínas, además de contener minerales esenciales como el selenio, el potasio y el fósforo, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y proteger el cuerpo del estrés oxidativo. Su versatilidad en la cocina los hace ideales para ensaladas, risottos, hamburguesas veggie o incluso snacks deshidratados.
“Sumar hongos frescos a las comidas es una forma sabrosa y natural de mejorar la calidad nutricional de la dieta diaria, sin necesidad de grandes cambios”, explica Marcos Calderon, gerente general de Hongos del Pilar, empresa que se dedica exclusivamente al cultivo de champiñones blancos y portobellos.
Con más de 40 años de trayectoria, Hongos del Pilar se ha convertido en uno de los cultivos más importantes del país. Con más del 50% del market share, sus productos se destacan por la frescura, la calidad y la producción local, con un modelo circular que reutiliza subproductos agrícolas y promueve prácticas sustentables.

Incorporar hongos a la dieta diaria es, además de una decisión saludable, una elección inteligente para quienes buscan comer mejor sin resignar sabor. Y gracias a empresas como Hongos del Pilar, hoy es posible acceder a estos productos en todo el país, con la seguridad de estar eligiendo lo mejor.
En tiempos en los que cada vez más personas eligen alimentos orgánicos, saludables y de origen confiable, debido a las tendencias de consumo actuales de Argentina, los hongos se consolidan como una alternativa nutritiva, sustentable y sabrosa.