La última entrega de Marvel, Ant-Man 3: Quantumania, cumple en divertir y, a la vez, terminar de presentar al gran villano de la nueva fase: Kang, el Conquistador.
Por Werner Pertot
Por algún motivo, en el vasto universo cinematográfico de Marvel tienden a dejarse de lado las películas de Ant-Man. Está bien: son comedias livianas de un personaje secundario que si no fuera por la actuación de Paul Rudd probablemente nunca hubiera tenido ni una película. Mucho menos tres. Pero siempre funcionaron dentro del esquema que se proponían. Y lo cierto es que, con el trabajo hormiga (guiño, guiño) fueron ganándose un lugar en los corazones de los y las fans. Y la saga fue evolucionando de una película más pequeña y sin pretensiones como fue la primera y, en cierta medida, la segunda a un despliegue de efectos especiales, universos subatómicos y civilizaciones desconocidas como es la que se estrena ahora: Ant-Man & The Wasp. Quantumania.
Ant-Man 3: Quantumania, de qué trata
Breve resumen: Scott Lang (también conocido como Ant-Man) pasó de ser un ladrón a ser un superhéroe (un Avenger), con su traje que se encoge o se agranda. Esta película ocurre un tiempo después de los grandes acontecimientos de Avengers Endgame. Scott tiene a su novia Hope, que ser pone también un traje para ser la Avispa, y a los padres de ella Hank (interpretado por Michael Douglas) y Janet (nada menos que Michelle Pfeiffer). Ambos también tienen trajes. Y la hija adolescente de Scott, Cassie (Kathryn Newton). Que, adivinen qué, también va a tener su traje para reducirse a tamaño molecular. Cassie, con su deseo de cambiar el mundo, es la que mueve la historia hacia adelante y termina metiéndolos a todos en un aprieto en el que deberán enfrentar al gran villano de la nueva fase de Marvel: Kang, el Conquistador.
O a una de sus variantes (si vieron la serie Loki, sabrán a qué me refiero), dado que Marvel se está metiendo de lleno en el concepto de Multiverso: muchos universos paralelos en donde existen versiones de una misma persona.
El tipo chiquito
El tono de la película, no obstante, es desde un comienzo de comedia. Y ese es el tono en que vienen acertando las pelis de Marvel, desde Thor Love & Thunder para acá. Ya sea con Scott leyendo fragmentos de su libro Look out for the Little guy (Cuidá al tipo chiquito), o con los múltiples seres subdimensionales que aparecerán en el Reino Cuántico (incluyendo uno con cabeza de brócoli), todo el tiempo se busca algo entre la risa y la acción pochoclera pura y dura. Y en este punto tengo que decirles que la película acierta en entretener.
Ese mundo que van a descubrir tiene reminiscencias de otra película de Disney que se estrenó hace no tanto –Un mundo extraño– pero por momentos las especies, las tribus y las ciudades que aparecen en este mundo fantástico que existe a nivel subatómico no dejan de sentirse como algo conocido. Más precisamente: se siente como Star Wars. Especialmente, en cierta escena en una cantina de la que no hablaré más porque esta es una reseña sin mayores spoilers.
Sí tengo que decir que la anunciada aparición de Bill Murray en esta película es probable que les deje sabor a nada.
Un villano múltiple
A Kang, el Conquistador ya nos lo habían presentado al final de la serie Loki, pero como otra de sus variantes (He who remains). Esto le permite al actor Jonathan Majors reinventarse cada vez que haga de nuevo del personaje (y créanme que lo va a tener que hacer mucho en los próximos años). En esto, el actor acierta de lleno y abre de forma magnífica la llamada fase 5 del MCU, donde todo será la lucha contra los Kangs.
Además de la sólida actuación de Majors (a quien también pueden buscar en la serie de HBO Lovecraft Country), la película le da la oportunidad de desarrollar a su personaje a Evangeline Lily, que finalmente gana protagonismo (la segunda se llamaba Ant-Man & The Wasp, pero no la veíamos con el traje hasta casi el final, y en Endgame aparece entre el montón de superheroinas que pelea contra Thanos). Así que en cierto sentido esta se siente como su primera película protagónica.
También Michelle Pfeiffer había tenido un rol muy menor hasta esta película. Es un placer verla desplegar su personaje en Ant-Man 3: Quantumania, que estuvo atrapada 30 años en el Reino Cuántico y finalmente logramos ver qué fue lo que hizo en ese tiempo.
Si lo que buscan es una película de acción, que te obligue de paso a pensar en cuantos agujeros tenés en el cuerpo, no dejen de darse una vuelta por la Quantumania.
PD: Ah, y no se pierdan las escenas poscréditos. Son dos. E importantes.
*Ant-Man 3: Quantumania se puede ver en cines a partir del jueves 16 de febrero