Con el fin de combatir la obesidad y la diabetes, el gobierno de Francia aprobó un decreto que prohíbe el expendio ilimitado de gaseosas en restaurantes y hoteles.
Según el decreto, la prohibición incluye «los refrescos con y sin gas aromatizados, los concentrados como los siropes de fruta, los refrescos a base de agua, leche, cereales, verduras y frutas, las bebidas deportivas y energéticas y los néctares de frutas, hortalizas y similares, ya que contienen azúcares añadidos o edulcorantes artificiales».
Con la nueva regulación se pone fin a la modalidad comúnmente conocida como «free refill», que se basa en rellenar el vaso de bebidas todas las veces que el cliente quiera y que se popularizó en el mundo en empresas multinacionales de comida rápida y cafetería.
La medida se encuadra dentro de la Ley de Modernización del sistema sanitario que el Ejecutivo francés promulgó en 2016, que es «un paso más en el combate contra el consumo de bebidas azucaradas con el fin de combatir la diabetes y la obesidad en las personas», señalaron.
Según la Dirección General de Salud local el consumo de gaseosas había disminuido, sin embargo el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica en Francia (Inserm) publicó en octubre un estudio que afirma que aproximadamente la mitad de la población francesa sufre de sobrepeso, mientras que más del 15 por ciento sufre obesidad.
Aunque Francia no es uno de los países con mayores problemas de obesidad de la UE, sí parecen tomarse muy en serio el desarrollo de medidas para promover una vida saludable y sosteible, y controlar los abusos de la industria alimentaria. Ya se prohibieron en 2004 las máquinas expendedoras en los centros educativos y también han sido de los primeros en imponer un impuesto sobre las gaseosas, así que esta nueva ley es un paso más por reducir la ingesta excesiva de azúcar.