El aclamado crítico y escritor culinario Michael Pollan deja el lado del comensal y entra a la cocina para explorar en Cooked, a lo largo de 4 capítulos, cómo nuestros alimentos están relacionados directamente con la naturaleza construyendo la cultura gastronómica del mundo.
Michael Pollan, científico y autor de bestsellers de cultura gastronómica como «El dilema omnívoro», es uno de los personajes más influyentes en el mundo alimentario. Tal es así que la plataforma de entretenimiento online Netflix produjo una serie documental basada en su experiencia. Se trata de «Cooked», la mini serie de 4 capítulos en los que Pollan explora todos los elementos que hacen a la cocina y el rol que ocupan en nuestras vidas. Cada capítulo responde a uno de los cuatro elementos. Así, la serie comienza con el «Fuego» y su importancia en la historia del ser humano.
De una producción impecable e imágenes de altísima calidad , Cooked es un material imperdible para todos aquellos comprometidos con la alimentación, y también para quienes quieran conocer los entretelones de algo que nos compete a todos: comer.
El que no conoce la obra de Michael Pollan, puede acercarse leyendo sus «7 mandamientos» para comer saludablemente:
1. No coma nada que no se pudra
La comida de verdad o está viva o lleva poco tiempo muerta. En todo caso, el margen que la separa de ser basura es pequeño. Todo lo que no cumpla este requisito es porque ha sido procesado hasta la inmortalidad con tantos agentes químicos que no atrae ni hongos ni bacterias.
2. Compre en las paredes de los supermercados, no en los pasillos
La comida fresca –los productos agrícolas, carne, pescado, lácteos– se pone en las paredes porque así es más fácil reponerla. Y la procesada acaba en los pasillos. Cuanto más se aleje de ellos, mejor.
3. Evite las cosas que su abuela no entendería como comida
¿Celulosa? ¿Diglicéridos etoxilados? ¿Quién le ha dicho que esas cosas se pueden meter en la boca? Si no reconoce un ingrediente es probable que se trate de un componente químico. No hay pruebas de que estos sean un peligro para la salud, pero piénselo: la raza humana no lleva mucho tiempo comiéndolos. No se la juegue.
4. Coma solo animales que hayan comido bien
La evolución ha diseñado fantásticos rumiantes, capaces de convertir hierba en grasas saludables (mucho omega tres y poco omega seis). La industria alimentaria los ha cogido y los ha cebado de pienso energético para que crezcan más y peor.
5. Cuanto más blanco sea el pan, más joven morirá usted
Ingerida tal cual, la harina es como un chupito de glucosa: no tiene las virtudes de otros granos (fibra, vitamina B y grasas saludables) y arrasa el organismo. Es como el tabaco: cuanto antes la deje, más vivirá.
6. Coma plantas, sobre todo si tienen hojas
Hay cientos de miles de estudios que prueban que una dieta rica en fruta y verdura reduce las posibilidades de morir de alguna enfermedad occidental como el cáncer. En los países en los que se come medio kilo diario de fruta y verdura (suele coincidir que son los que más obedecen las tradiciones: no es mala idea pensar en la comida como un japonés), las tasas de cáncer son la mitad que en un país como Estados Unidos. Usted mismo.
7. No compre comida que se llame igual en todo el mundo
Hay traducción al francés para canónigos, pero no para Big Mac ni Pringles. ¿Coincidencia?
A continuación el trailer: