El mapa de arte porteño viene expandiéndose con fuerza y gran parte de este crecimiento se da gracias a los jóvenes bohemios que se instalan en los barrios más accesibles, tal como ocurrió en ciudades como Nueva York o Paris. En el caso de la latitud sur, Villa Crespo, el barrio porteño ubicado en el centro geográfico de la Ciudad de Buenos Aires, se convirtió en refugio de artistas.
En las últimas semanas, se realizó la apertura de las galerías de arte de Nora Fisch y Gachi Prieto, muy cerca de Ruth Benzacar y La Ira de Dios, coincidió con el estreno de Barro, en La Boca, donde próximamente desembarcará el proyecto Prisma de Alberto Sendrós. Dos polos de un circuito que asombra a los visitantes extranjeros por estar siempre vivo, con límites en continua transformación.
Villa Crespo concentra decenas de talleres, galerías y espacios híbridos como Ágatha, proyecto dirigido por Vicente Grondona y Fernanda Laguna, una de las fundadoras de la mítica Belleza y Felicidad. Aquí se instalaron hace tres años Natalia Sly y LarisaZmud con su pequeña galería SlyZmud, que en los próximos días participará en Art Basel, la meca del mercado mundial. Luego siguieron otras con mayor trayectoria.