Las personas somos seres sociables y por lo general, si de beber alcohol se trata, es en torno a una reunión social. Este tipo de eventos hacen que perdamos la noción de la cantidad de calorías que entran en nuestro cuerpo resultando. Toma nota de estos consejos útiles.

La Licenciada Viviana Desanzo (MN: 1275), Nutricionista del Área de Nutrición del Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna, explica que el valor calórico de una bebida alcohólica depende directamente de su graduación. El alcohol aporta 7 Kcal. por gramo, pero esta fuente de energía no es utilizable para el trabajo muscular porque se trata de calorías vacías (o sea desprovistas de nutrientes).

Además, el alcohol consume grandes cantidades de vitaminas del grupo B para su degradación y posiciona al organismo al borde del estado de deficiencia, por lo que un consumo elevado de bebidas alcohólicas desequilibra la alimentación y aumenta significativamente el consumo calórico.

Inclusive, el consumo moderado de alcohol aumenta el riesgo de obesidad, hipertensión arterial, hipertrigliceridemia, enfermedades hepáticas, pancreatitis, gastritis, cáncer orofaríngeo, de esófago y de estómago.

La Licenciada Desanzo recomienda que, ante la ausencia de contraindicaciones, es aceptable un consumo de hasta 0,7g de alcoholpor kg de peso/ día para el hombre y 0.6g de alcohol por kg de peso/día para la mujer. No se aconseja sobrepasar las tres consumiciones diarias, siendo normal que una consumición contenga de 12 a 14 gramos de etanol.

El alcohol, llamado etanol o alcohol etílico, se encuentra en distintos niveles dependiendo de cada tipo de bebida. El contenido aproximado de etanol cada 100cc de bebida es de:

  • Cerveza: 4.4g
  • Sidra: 3.6g
  • Vino: 9.6g
  • Whisky: 34g
  • Licores: 25 a 38g
  • Jerez: 17g

La capacidad del hígado de degradar el alcohol puro se limita a 7,5 gramos por hora. Mientras que el alcohol no es metabolizado circula dentro de la sangre. Además, su efecto diurético contribuye a la intoxicación del organismo.

El alcohol se diluye más o menos rápidamente en la sangre en función del estado de plenitud del estómago y de la presencia de grasas dentro de la comida. Es decir, beber un vaso de bebida alcohólica en ayunas hace “efecto” de inmediato, mientras que con el estómago lleno ocurre lo contrario. Y cuanto más elevada es la graduación del alcohol, más rápidamente pasa a la sangre circulante.

Hace falta una hora para que el organismo degrade el alcohol presente en un vaso de cerveza (17,5 cl), en medio vaso de vino (6 cl.) o en un tercio de vaso de aperitivo (4 cl) tipo anís.

A su vez, la Licenciada Desanzo aclara que es importante recordar que todos los excesos son malos para nuestra salud, lo importante es tener moderación y auto control frente a la gran oferta tanto de bebidas como de alimentos.

No hace falta consumir alcohol para divertirse, por eso es necesario tener cuidado a la hora de alimentarnos ya que un buen estado de salud significa estar en equilibrio con uno mismo.