Hace 25 años, todos los 6 de mayo se celebra el Día Internacional Sin Dietas. Este es un concepto surgido en 1992 de la mano de la feminista británica Mary Evans Young quien buscó luchar contra la industria de los productos dietéticos y alertar al mundo sobre los peligros de la anorexia nerviosa y otros desórdenes alimentarios.

Esta jornada busca reflexionar y poner en duda la idea de una forma corporal «correcta»; crear conciencia de la discriminación en razón del peso y erradicar la gordofobia; declarar un día libre de dietas y obsesiones por el peso corporal; resaltar hechos acerca de la industria de los productos de adelgazamiento, llamando la atención de la ineficacia de muchas de las dietas comerciales (sin consultar a un médico) y recordar a las víctimas de los desórdenes alimenticios muertas o enfermas, resaltó el diario La Nación.

La Médica especialista en Nutrición, Virginia Busnelli, le explicó a Télam que hoy en día los cuerpos mostrados como ideales, son muy difíciles de alcanzar y que en el intento de hacerlo, se cae en dietas con fuertes restricciones que generan efectos rebote y trastornos alimenticios.

Las dietas proteicas, la moda fit, la dieta gluten free, el vegetarianismo, el veganismo, la diabolización de las harinas y distintos tipo de estrategias que aparecen popularmente como recursos consideradas para mejorar la salud, convierten a la comida en el centro de sus vidas. Debido a esta obsesión, se embarcan en fuertes restricciones nutricionales y supresiones alimentarias, que no todos logran sostener, simplemente porque es muy difícil postergar el placer que da comer rico. Cuando no se logra el objetivo deseado, aparece la frustración, la angustia y la pérdida de la autoestima.

Por eso, en el Día Internacional Sin Dieta, se busca promover la vida sana, el establecimiento de nuevos hábitos sostenibles en el tiempo, permitiendo ser felices, aceptando y venerando la imagen, cuidando la mente y respetando el cuerpo, mediante las elecciones que se hacen a diario.