Cuisine Restaurant Salad Bacon Meal Lunch Dinner

Así lo confirmó un estudio realizado en Estocolmo. Aparentemente, cuánto más alto el volumen, mayores las chances de elegir comidas menos saludables.

El volumen de la música puede ser determinante para algunos a la hora de salir a comer algo. En la mayoría de los casos, por la incomodidad que genera tener que levantar la voz para mantener una conversación sin levantar la voz. Sin embargo, un estudio reciente descubrió otro motivo de peso para tomar en cuenta a la hora de elegir un lugar para comer: cuanto más alto el volumen, más ganas de comer comida chatarra. Así lo asegura el informe publicado en el Journal of the Academy of Marketing Science, que ha comprobado que el volumen de la música ambiente influye notablemente en nuestras decisiones a la hora de elegir qué comer en un bar o restaurante.

El estudio fue dirigido por Dipayan Biswas (un profesor de marketing de la Universidad de Florida del Sur) y se llevó a cabo en un café de la ciudad de Estocolmo, Suecia, en el que durante varios días se reprodujeron en loop canciones de diversos géneros y a diferentes volúmenes. De allí se comprobó que cuando la música estaba más fuerte, el porcentaje de pedidos de comida chatarra se incrementaba en un 20% mientras que cuando el volumen bajaba, las opciones saludables eran más frecuentes.

Parece una obviedad pero la música suave nos relaja y la más fuerte nos acelera. Así, al escuchar una suave música de jazz es probable que tengamos más auto-control y hagamos mejores elecciones en cuanto a qué comer. En tanto, un rock and roll de Led Zeppelin generará más excitación y nos conducirá a querer comer una buena hamburguesa con cheddar, panceta, papas… y cerveza.

Aunque el estudio es nuevo, saca a la luz una verdad que ningún restaurantes debería olvidar: crear el ambiente apropiado es esencial.