Seguramente nos hemos preguntado cómo conservar mejor las frutas y verduras para que, pasados unos días, no se nos pongan feas y debamos tirarlas. Hay algunos trucos que pueden servirnos para prolongar su vida útil.

1. Lavar antes de guardar

Los alimentos pueden tener restos de tierra u otro producto que perjudique su conservación, al tiempo que pueden contaminar a otras frutas o verduras que ya estén en el cajón y todas durarán menos. Sin embargo, hay algunos alimentos que no deben ser lavados hasta antes de consumirlos: Las fresas, los frutos del bosque, los champiñones o las hierbas aromáticas acortan su vida útil cuando son lavados.

2. Alimentos separados

Lo mejor es separar las frutas y verduras, ya que tienen características, propiedades y maduración diferentes. Además, hay que tener en cuenta que hay alimentos como la papa, la cebolla, el ajo o el tomate que no es necesario meter a la heladera. Por otro lado, hay productos que emiten una mayor cantidad de gas y habría que almacenarlos solos, como las manzanas, peras, melones, ciruelas, aguacates, berenjenas, tomates, cebollas, la lechuga o el repollo.

3. Se pueden agrupar, selectivamente

Hay algunas frutas y verduras que sí pueden almacenarse juntas, pero conviene prestar atención a cuáles se están mezclando. Si se juntan con productos de maduración rápida, estos echarán a perder también a los que iban a madurar más lentamente. Es mejor no almacenar a la uva, la sandía, el calabacín, el espárrago, la zanahoria o la judía verde con estos alimentos de maduración rápida, mientras que los pimientos, los cítricos y también los frutos rojos o las fresas, entre otros no corren peligro.

4. Congelar antes de desperdiciar

Lo ideal es no congelar frutas ni verduras, pero eso no significa que no pueda hacerse. La mejor manera de hacerlo es lavar los alimentos y secarlos bien antes de meterlos al freezer. Con las verduras, lo mejor es blanquearlas antes: se echan unos instantes en agua hirviendo, y seguidamente a agua con hielo; tras ello, se secan bien y ya se pueden guardar. Las únicas verduras que no conviene congelar son las que tienen un alto contenido en agua, como el apio o el pepino, ya que cristalizará y cambiará su textura.