El vermut une generaciones y acompaña muchos de los rituales típicos de los argentinos, por eso Cinzano a través de la campaña Hijos de la Pasión, rinde homenaje al futbol una pasión nacional que se transmite en familia y de generación en generación.

La pasión por el fútbol es imposible de dimensionar. Son muchas las acciones que los fanáticos llevan a cabo para demostrar la devoción y la lealtad por sus equipos y sus jugadores más admirados.Cuando las alegrías del fútbol se juntan con la alegría de ser padres, nacen ellos y ellas.

Las estadísticas dicen que nunca se anotaron tantos Mario Alberto como en el 78’. Que hay más de 15 mil Diego Armando alentando a la celeste y blanca. Que la final del 86’ aparte del campeonato, nos dejó un montón de Jorges Luis.

Según el Registro Nacional de las personas contando solo los más reconocidos, en Argentina hay más de 12 mil personas que llevan algunos de estos nombres:

  • En el ’78 los Campeones del mundo nos dejaron 3.443 Marios y Albertos.
    Entre el 82 y el 94 hay más de 10.000 Diegos y Armandos, en el 90’ el partido contra Brasil dejó 77 Claudios Paul y si de los penales hablamos, son más de 760 Sergios Javier. Esta tradición que se repite periódicamente cada 4 años produce picos históricos como la de los Gabrieles Omar del 94’ y del 98’. Y genera combinaciones épicas como las Celestes y las Blancas.
  • En los últimos años, han sido varios los casos de simpatizantes que les ponen a sus hijos nombres relacionados a sus ídolos mundialistas y coronados campeones del Mundial de Qatar 2022 seguramente esta tendencia seguirá firme.
  • Por eso bajo el lema “Hijos de la Pasión”, Cinzano vuelve a abrazar el fútbol a través de una campaña que pone de manifiesto las pasiones que genera este deporte y que en definitiva marca generaciones.

Presente hace décadas en la vida de los argentinos, Cinzano es genuino, cercano, une generaciones sin importar edad o género, con un solo chorrito de soda, este vermut es parte del ADN nacional, tanto como lo es el futbol y por supuesto El Mundial. 

Maridaje perfecto de picadas, asados, previas de cada partido y del análisis posterior de cada jugada, y compañía infaltable en las múltiples oportunidades que reúnen a los amigos ya sea alrededor de la parrilla, en un bodegón, un restaurante o en las nuevas vermuterias que han florecido en los últimos años.