Italia quiere que reconozcan el arte de la pizza nacido específicamente en la ciudad de Nápoles como parte del patrimonio mundial. Este plato famoso se ha convertido en todo un símbolo de la cultura italiana.

La decisión del gobierno de presentar la candidatura del «arte de los ‘pizzaiuoli'» de Nápoles fue muy comentado en los medios de la Península y festejada sobre todo en esa gran ciudad del sur de Italia.  De ganar, sería el primer producto alimenticio en obtener el reconocimiento.

Creada hace 126 años, la pizza «representa a Italia en todo el mundo», destacó el ministro de Agricultura, Maurizio Martina. Según señala la agencia de noticias ANSA, Martina es uno de los integrantes de la comisión nacional que tomó la decisión y que examinó también otra candidatura, la de un tradicional rito religioso de la ciudad de L’Aquila llamado «Perdonanza Celestiniana».

La candidatura de la pizza se vio impulsada por una campaña de Twitter organizada bajo el hashtag #PizzaUnesco. En la petición se reunió unas 850.000 firmas – y no sólo de los italianos, sino también de amantes de la pizza de todo el mundo-.

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«Convertirse en patrimonio de la humanidad no es solamente la manera para reconocer que es un auténtico arte, sino también para reivindicar la italianidad de la pizza», destacó a su vez el ministro de Cultura, Dario Franceschini, «La pizza se ha convertido en un producto tan global que muchos países han llegado incluso a olvidar que es en cambio italiano y napolitano», agregó.

«En Italia los trabajadores vinculados al mundo de la pizza suman alrededor de 100 mil personas, a los que hay que añadir otros 50 mil durante los fines de semana«, dijo Moncalvo, quien precisó que cada día de los hornos italianos salen 5 millones de pizzas. Sin embargo, los mayores consumidores en el mundo del plato italiano por excelencia son los estadounidenses, con un promedio de 13 kilogramos por persona por año, casi el doble del de los italianos.

Todos los documentos relativos a la propuesta italiana serán ahora enviados a la UNESCO, la agencia de la ONU para la educación, la ciencia y la cultura. A partir de allí comenzará una larga y compleja tratativa en la que participarán más de 200 países.

«Esta candidatura es no solamente un símbolo de nuestra identidad sino que protege un sector económico con un valor de unos 10.000 millones de euros», añadió por otra parte Roberto Moncalvo, presidente de la asociación de productores agrícolas Coldiretti.