Cuando se trata de prender un fuego y cocinar a la parrilla, todos pensamos en asado. Sin embargo, el auge de la cultura vegetariana hizo que cada vez sea más normal asar verduras a las brasas. Pero esto no termina aquí, y los paladares innovadores siguen apostando.

Hay ciertos alimentos que jamás se te ocurriría grillar, sin embargo, vale la pena probar:

Palta
Al dividir la palta en dos y colocar ambas mitades a la parrilla por unos pocos minutos, se obtendrá un guacamole extra ahumado y extra salado, sin que parezca un exceso. También servirá para hacer ensaladas de todo tipo.

Sandía
El calor, el humo y una pizca de sal hacen de esta fruta algo muy sabroso, carnoso y mucho menos dulce. Hay que cortar la sandía en fetas de dos centímetros de grosor, rociar con aceite de oliva, cebolla picada, sal y pimienta, y poner a la parrrilla cinco minutos de cada lado. Están listas cuando se caramelizan y comienzan a secarse. Sirve como acompañamiento e, incluso, por qué no, para comerla como hamburguesa, con pan y queso derretido.

Bizcochuelo
Una manera interesante de comer bizcochuelo es, una vez cocido, asarlo un poco: le da calidez al interior, la corteza queda caramelizada y su inherente dulzura equilibra los sabores ahumados. Cortá una porción de bizcochuelo de dos o tres centímetros de grosor, ponele manteca de ambos lados y dejala sobre fuego moderado durante dos minutos de cada lado.

Lechuga romana
Las hojas verdes reciben muy bien el calor y al ponerlas sobre el fuego adquieren un gusto ahumado ideal para una buena ensalada. Esta es una receta posible: cortá dos plantas de lechuga romana a lo largo y cubrilas con aceite de oliva, sal y pimienta. Grillalas a fuego medio durante uno o dos minutos. Servilas con queso parmesano y vinagre de vino. Una delicia.

Batatas
Este ingrediente no es tan extraño, pero hacerlo a la parrilla conlleva una receta que no muchos conocen. Lo ideal es recubrirlas enteras con manteca y colocarlas sobre un fuego mediano-alto hasta que la piel esté dorada (entre 45 minutos y una hora). Para terminar, cortalas de forma longitudinal y cubrilas con manteca y azúcar morena.