Con su imagen renovada, más contemporánea, urbana y trendy New Age -una marca global de Bodegas Bianchi- busca llegar a nuevos consumidores en el mundo.

El vino en lata es tendencia en el mundo. Primero arrasó en EEUU duplicando su consumo y ahora llegó a Europa, para acompañar el verano en el hemisferio norte. Allí, bajo el sol, el objetivo es pasarla bien y la lata suma espacios de consumo frente a la botella de vidrio. ¿La razón? Es un envase práctico, fácil de transportar, que se enfría rápido y es adaptable a distintos momentos del día. Estas características, valoradas por los jóvenes en todo el mundo, se suman a un consumo más casual, individual y espontáneo.

En este contexto y en escasos 6 meses desde su lanzamiento, Bianchi logró una de las primeras exportaciones de vino argentino en lata, en este caso a Suiza, un destino top de Europa, que importa casi el 70 % de los vinos que consume.

Según datos del 2019 (Euromonitor International) se espera que el consumo de vino en Suiza permanezca estable en términos de volumen pero es probable que los consumidores continúen buscando reducir su ingesta de alcohol y calorías. Por lo tanto los vinos más livianos, con menos alcohol, pueden ser los grandes ganadores de la temporada. New Age, la marca icónica de Bianchi, con sólo 8,9 % de graduación ofrece todas las ventajas de la lata frente al vidrio, entre ellas el hecho de que el reciclaje del aluminio es más fácil y su impacto en el medio ambiente es menor, un tópico que es tendencia en el mundo de los millenials.

“Estamos en una nueva etapa para la marca con la que buscamos abrirnos más al mundo y renovar el vínculo con los consumidores, invitándolos a que descubran un vino dulce diferente, rico, fácil de tomar, con infinitas posibilidades y con la calidad que caracteriza a los productos de Bodegas Bianchi”-afirma Sebastián Neira, Brand Manager de New Age.

En nuestro país, el vino en lata está en crecimiento y el principal motor de este fenómeno tiene que ver con los hábitos de consumo de las nuevas generaciones. La lata es más liviana, resiste mejor los golpes y es fácil de transportar lo que asegura un consumo más espontáneo.