Quienes conozcan el juego The Last of Us, sabrán del nivel dramático que tiene. Pero la oportunidad es para quienes no lo conocen y pueden meterse por primera vez en este mundo. 

Por Werner Pertot

Advertencia: esta reseña puede contener spoilers del primer capítulo de The Last of Us

El comienzo de Last Of Us, una serie que nos va a adentrar en un mundo donde una pandemia volverá a gran parte de la humanidad en monstruos que depredan a los pocos humanos que quedan, no podría ser más astuto. Ponen un panel televisivo en 1968 con dos científicos. Uno de ellos postula que el gran peligro para la humanidad no son los virus ni las bacterias: que la peor pandemia puede venir de la mano de los hongos.

Y pone como ejemplo el hongo Cordyceps que vuelve zombies a las hormigas para infectar a otras. Otro científico discute que ese hongo nunca se adaptó para atacar organismos con más de 34 grados de temperatura.

“¿Pero qué pasaría si el planeta se calentara un poco?”, postula el otro científico. Y listo. No necesitás nada más.  El argumento de Last of Us ya está dispuesto para una audencia que pasó por la pandemia de 2020 y que solo necesitaba que alguien le cambiara el chip de virus a hongos zombies. 

Claro que cuando salió el videjuego que está adaptando esta serie de HBO nadie había oído hablar del coronavirus. No obstante, no es la idea del apocalipsis, ni siquiera su construcción realista del día 0 lo que hace único el videojuego con guion de Neil Druckmann  (que también es guionista de la serie). Lo que lo volvió un éxito rotundo de Playstation es el drama construido entre un hombre viejo y cansado (Joel) y la niña a la que tiene que proteger (Ellie).

Todo con los acordes de Santaolalla de fondo. La serie retoma mucho de ese espíritu. En el guión, del que también participa Craig Mazin (Chernobil), hay un rescate de escenas y diálogos del videojuego, pero sobre todo la idea de que hay que mantenerse fiel al espíritu de contar una historia de dos personas.

Entonces… una adaptación

Afrontemoslo: las adaptaciones a series o al cine de videojuegos suelen ser malísimas. La de Halo que sacó Paramount+ hace no tanto no sólo se alejó de la mitología del videojuego señero de X-Box (lo que enfureció, por supuesto, a los gamers) sino que no pasó de ser una serie de sci-fi genérica. No me hagan hablar, por favor, de las adaptaciones cinematográficas de Street Fighter y Mortal Kombat (aunque la más reciente admito que me pareció una falopa hermosa), por mencionar solo algunas. La primera película de Silent Hill pasa como una de terror del promedio. Las de Sonic lograron ganarse el corazón del público infantil. Pero son pocas, realmente, las que han funcionado. 

Por eso, The Last of Us es una rara avis. Es un videojuego que funcionó muy bien y ahora es una serie que, bajo sus propias reglas, también funciona. Y le acerca las sensaciones del videojuego a quienes quizás nunca les interese jugarlo. Y lo hace de forma sutil. Hay mil guiños al videojuego que quienes lo conozcan los van a reconocer. Pero a los que no, no les cambia nada. Ejemplo: hay una escena toda filmada desde el asiento de atrás de una camioneta, que es donde está la hija del protagonista.

Si no jugaste el videojuego, te parece un recurso interesante. Si lo jugaste, sabés que es igual que en la parte donde vos jugás con la hija. En otra parte, unos guardias de seguridad alumbran con linternas una frontera. Es otra escena del postapocalipsis para quienes no lo jugaron. Y remite a una secuencia de stealth (de sigilo) para los que sí. 

Alguien podría argumentar que hay una trampa: el videojuego fue hecho casi como una película y con la idea de que alguna vez lo iban a llevar al cine (de hecho, no se hizo antes, porque el estudio que tuvo el primer proyecto quería que todo fuera más espectacular, como Guerra Mundial Z… con lo que se perdía la gracia de Last of Us, que está jugada en las pequeñas cosas). Es cierto. Pero no deja de funcionar. 

Otra serie apocalíptica

Ya alguien (pongámosle que Mark Fisher) dijo que nos resulta más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo. La sobreproducción de series apocalípticas parecer darle la razón.  La adaptación de The Last of Us llega después de las 11 (millones) de temporadas de The Walking Dead, llega después de películas como El camino (The Road) o Children of Men, todas imaginaciones de un futuro ominoso para el final de la humanidad. 

¿Qué distingue a Last of Us de otras series del mismo género? No son los monstruos, que no serán undeads como los clásicos zombies de Resident Evil, sino infectados por hongos en varios estados de monstruosidad. Tampoco es el mundo postcapocaliptico que muestran, a medio camino entre Mad Max y cualquier otro mundo salvaje, con Ciudades-Estado dictatoriales, tribus esclavistas y todo el repertorio que nos confirma que lo peor de las pandemias zombies somos los seres humanos. 

Nada de esto es lo que te compra de esta serie (está todo ya visto). Lo que hace vivir o morir a esta serie es el drama humano, las actuaciones de quienes encarnan a Joel o a Ellie. El intimismo de sus protagonistas, como pasa en otras series poscapocaliptiscas como Station Eleven (también de HBO) o The Leftlovers. Ahí se juega todo para esta serie.

El elenco de The Last of Us

THE LAST OF US

En ese sentido, la elección del elenco era indispensable. Todavía no vimos mucho de Bella Ramsey como Ellie (la conocemos de Juego de Tronos, donde hizo de la niña Mortmont: “El Norte recuerda”), pero lo que vimos ya pareció interesante.

Pedro Pascal compone con autenticidad a un Joel cínico y a la vez tomado por los dramas de su pasado. Y Anna Torv (como olvidarla como la agente Olivia Dunham de Fringe) compone a la a veces amante y socia en el delito de Joel, Tess, con bastante brillo. Todo se ve como que invirtieron mucho en la serie, no solo en algunos momentos medio espectaculares que decidieron sumar al Día 0 del comienzo de la pandemia, sino en el trabajo de actrices y actores.

Es una serie que tiene todo para ampliar el público del videojuego y que la esperen multitudes todos los domingos, como ya nos pasó con otras series de HBO. Lo que sí: es una serie que tiende a la oscuridad y que se ve el domingo a la hora del corchazo. Pero, como dice el movimiento insurgente de las Luciérnagas, cuando estés perdido en la oscuridad, buscá una luz. 

  • The Last of Us se emite por HBO y por HBO Max todos los domingos, hasta un total de 9 episodios.