La Ciudad ofrece propuestas diversas a la hora de disfrutar del té de la tarde, pero cuando se quiere vivir la experiencia completa, hay tres propuestas que no podés dejar de conocer.

Los amantes del té saben que no es lo mismo ir a un bar donde sirven el clásico saquito que degustar uno elaborado con hebras de primera calidad.

Pero además de las calidades y sabores, el té tiene su mística, por eso, a la hora de beberlo, vale la pena visitar aquellos lugares que también se destacan por el tipo de ceremonia que proponen.

El jardín japonés cuenta con un espacio especial dedicado a la ceremonia del té, el “Chashitsu”, se trata de una casa única en el país ya que su interior se construyó en Japón, país de donde lo importaron, con materiales que tienen más de 200 años de antigüedad.

La idea es que los visitantes se sumerjan en la cultura nipona e incorporen los cuatro valores que promueve la ceremonia del té: WA (armonía), KEI (respeto), Sei (pureza), Jaku (serenidad).

La ceremonia dura alrededor de 30 minutos y tiene cupos limitados, ya que solo pueden participar hasta 15 personas, por eso es necesario reservar con anticipación. En general, se realizan los sábados por la mañana.

El restaurant L’Orangerie, del Hotel Alvear, es uno de los lugares más paquetes de la ciudad para disfrutar de una distinguida merienda.

La selección de tés está curada por Inés Berton, la tea blender más famosa de país, hay variantes para todos los gustos, desde el clásico English Breakfast hasta un blend diseñado en especial para el hotel, el Blend Alvear.

La carta se completa con Vanilla Tibet, Chelsea Garden, Royal Fruit, Patagonian Berries, Blue Earl Grey, Lapsang Souchong, Imperial Darjeeling G.F.O.P., White Rose, Shangai Sherry, Chinese Jazmin, Mint Grass, Tranquilitea, Sophie, Provence y Green Geisha.

Los que prefieran sumar a la experiencia una copa de espumante, pueden optar por el Rose Afternoon tea. El servicio está disponible de lunes a sábados de 16:30 a 19 y los domingos de 17 a 19.

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La primavera es la época ideal para disfrutar del té al aire libre, el Circolo Massimo pone a disposición sus jardines y terrazas para hacerlo posible.

Por supuesto que aquí el té se sirve en clave italiana, así que no podía faltar el clásico vermouth. También hay limonadas, sándwiches en focaccia, bruschettas capresse, grisines artesanales envueltos en prosciutto, cuadrados de manzana, brownies, muffins con chips de chocolate y scons con amapolas y mermelada.

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