Se trata de cenas itinerantes, a puertas cerradas, en donde se convoca a comensales que gusten del buen comer por invitación y se comparte una velada en torno a la más alta cocina.
En inglés, supper significa «cena liviana» y como suele pasar en nuestra cultura gastronómica -cada vez más exigente y erudita-, las tendencias de Europa y Estados Unidos, llegan más tarde pero con mucha fuerza y popularidad. Ese es el caso de los «supper club», que según su traducción literal sería «club de cenas», y efectivamente consiste en una serie de encuentros culinarios en formato pop-up, con una ubicación secreta hasta el momento de concertada la reserva.
La propuesta que ya es furor en Europa desembarcó en Buenos Aires de la mano del chef Isidoro Dillon – quien trajo también los sabores de la cocina sueca al país en el restaurante palermitando Söder- y su novia Vanessa Bell. La flamante propuesta denominada «Bread + Butter» (pan + manteca) funciona en locaciones de lo más originales: un anticuario, un galpón, etc.
“Queremos deconstruir el concepto del fine dining, que la gente pueda tener la experiencia de degustar platos de altísima calidad en contextos no habituales ni formales”, dijo Bell en diálogo con el diario Clarín. Y ciertamente la propuesta ofrece platos refinados. Por ejemplo, durante marzo, entre los 9 pasos que integra el menú se podrá probar un exquisito pato curado con azafran e hinojos; bife de kobe y ostras; o mousse de queso azul danés con ciruelas asadas en pan integral de centeno.
Reservas y precios se pasan por privado solo por Instagram: https://www.instagram.com/breadandbutterba/