Seguramente no lo notamos pero, cuando nos detenemos a pensar y nos miramos a nosotros mismos, se evidencia una cosa: permanecemos mucho tiempo sentados delante de computadoras o el televisor y escapamos a la actividad física. El sedentarismo es uno de los males de época. Suele recomendarse, para combatirlo, que realicemos 30 minutos de ejercicio moderado por día en la semana. Sin embargo, más allá de que esta práctica no es suficiente, tal vez no siempre contamos con el tiempo necesario para hacerlo.
Incluso aquellos que caminan todas las mañanas o van al gimnasio no se aseguran evitar desarrollar una enfermedad cardiovascular, diabetes u obesidad si luego están ocho horas sentados en la oficina.
En 2008, el investigador Marc T. Hamilton, del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Missouri en Estados Unidos, publicó un estudio pionero al que tituló «Demasiado poco ejercicio y mucho tiempo sentado: fisiología de la inactividad y la necesidad de nuevas recomendaciones para la conducta sedentaria». Allí sentó las bases de lo que hoy se conoce como la fisiología de la inactividad, e indaga sobre lo que sucede cuando el cuerpo humano permanece en estado prácticamente inmóvil.
En la actualidad, las estadísticas indican que a nivel mundial la gente permanece alrededor de 4.000 minutos a la semana sentada; es decir, que durante un promedio de 9 a 10 horas diarias, el cuerpo humano no realiza ningún tipo de actividad, más allá de la mental.
Permanecer quietos en una silla más de cuatro horas al día lleva, entre otras cosas, a un menor gasto energético, desequilibrio en los niveles de azúcar sanguíneos, debilitamiento muscular en las piernas y una menor actividad de las enzimas responsables de quemar las grasas dañinas que circulan en la sangre.
Desde Gran Bretaña, uno de los países donde este problema es más recurrente, se lanzó hace unos meses una campaña que busca estimular a que la gente se pare con más frecuencia en sus trabajos. Aquí hay cuatro consejos que pueden ayudarnos en nuestra cotidianeidad.
1 – Que no se llame o mande un correo electrónico a un compañero que se sienta a dos escritorios de distancia sino que lo mejor es pararse y caminar hasta él.
2 – Durante las reuniones, la campaña invitó a que no sean con todos sentados alrededor de una mesa sino de pie.
3 – Salir a almorzar a algún lugar cercano.
4 – Tener la costumbre de pararse y caminar alrededor de la oficina cada media hora.
Estas estrategias sencillas buscan mantener a los trabajadores alejados de sus sillas para evitar el sedentarismo y, con él, la posibilidad de contraer una enfermedad cardíaca, diabetes, obesidad, cáncer, dolor de espalda, depresión y degeneración muscular.