Hablar de Champagne es sinónio de burbujas en todo el mundo. Sin embargo, los auténticos vinos Champagne solo pueden ser producidos en dicha tierra francesa. Historia y curiosidades de una de las bebidas más famosas del mundo

“La Champaña, el refinado arte de vivir” es el eslogan que ostenta la región francesa homónima, famosa por los espumosos que se producen en sus tierras. Ubicada al noroeste del país y a tan solo 150 kilómetros de París, la Champagne es una de las regiones vitivinícolas más prestigiosas de Francia. Esto es gracias a su producto emblema: un vino espumoso de aromas y burbujas únicas, obtenido gracias a las cualidades de la región y su famoso método de elaboración. Viticultura, gastronomía e historia hacen de este, un lugar irresistible para conocer.

La región de Champaña-Ardenas limita el norte con Bélgica y gracias a sus atractivos turísticos y naturales, es uno de los destinos más solicitados por locales y visitantes. Esta región vitícola por excelencia consta de cuatro zonas principales: la montaña de Reims, el valle del río Marne, Cote des Blancs y Cote des Bars. Las tres primeras conforman la  producción de vino más importante de la región, donde las excelentes condiciones climáticas ofrecen uvas de la más alta calidad. Al turismo vitícola también se suman los bellos lagos artificiales de la región, sus parques naturales y claro, un gran legado histórico.

UN POCO DE HISTORIA

Hablar de vinos de Champagne es sinónimo indiscutido de burbujas y elegancia a nivel mundial, pero la región engloba mucho más que eso, ya que ha sido escenario de varios hechos relevantes en la historia francesa. Esta zona es una de las grandes provincias históricas del país galo y su actividad ha sido intensa desde la época de los romanos, donde la ciudad de Reims (antaño conocida como Durocortorum) constituía una de las ciudades más pobladas al norte de Roma.

Entre sus grandes hitos – además de ser escenario de sendas guerras e invasiones-, se cuenta que a principios de la Edad media, cerca del año 500, el rey Clodoveo I fue bautizado por primera vez por el santo de la iglesia católica Remi en la catedral local de Reims. Este hecho otorgó a dicha ciudad el honor de ser sede de la coronación de los reyes de Francia. A partir del año 898 en adelante, todos los reyes franceses fueron coronados en Reims, y cuenta la leyenda que durante las ceremonias de coronación, los vinos de champán fluían libremente y muy pronto comenzaron a ser apreciados por su sabor y delicadeza.

Más adelante, entre los siglos XII y XIV, la zona de Champagne alcanzó nueva popularidad gracias a sus ferias donde se lucían sus productos agrícolas, entre ellos, los vinos tranquilos y espumosos, que comenzaron a cobrar cada vez un mayor protagonismo a nivel nacional. Ya para el siglo XVIII, los vinos de Champagne estaban tan arraigados en la cultura popular como vinos excepcionales, que fueron los elegidos durante la Fiesta de la Federación, celebrada en los Campos de Marte el 14 de julio de 1790, para brindar por el aniversario de la Revolución Francesa.

Tal vez este último hito histórico fue el que terminó de consagrar al champán como una bebida de gran prestigio, ya que después de mucho tiempo de haber sido un vino de la nobleza, se abrió a un público más amplio convirtiéndose en todo un símbolo nacional. Y vaya que trascendió fronteras.

CHAMPAGNE: UN VINO CON NOMBRE PROPIO

Los vinos Champagne son sinónimo de lujo y celebración en todo el mundo y solo pueden llevar ese nombre si son cultivados, producidos y embotellados en esa misma región francesa. El resto de los denominados vins effervescents producidos en Francia llevan otros nombres dependiendo de su método de producción o denominación de origen. Los más populares son los Crémant, Mousseux, Blanquette de Limoux y Petillant Naturel, entre otros.

La elaboración de vinos en la Champaña, tanto espumosos como tranquilos, se remonta a la década de 1700 y, en la actualidad, este prestigioso terruño, que conforma una denominación de origen controlada, supera las 34 mil hectáreas plantadas a lo largo y ancho de las cuatro principales regiones productoras: Montagne de Reims, Vallée de la Marne, Côte des Blancs, Côte des Bar.

El sabor, el aroma y la experiencia que hacen del champán algo tan único al paladar es la consecuencia de la mezcla de uvas, principalmente Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier. En esta mezcla, que es la más tradicional, la Chardonnay aporta la estructura, la Meunier cierta frescura y la Pinot Noir el gran cuerpo de estos vinos. Dicho esto, existen varios tipos de Champán.

Tipos de Champagne

  • Blanc de Blancs:
    Un término francés que significa “blanco de blancos” y alude a exponentes elaborados exclusivamente con uvas Chardonnay. Estos vinos suelen presentar sabores frutales con tintes cítricos y poseen un gran potencial de envejecimiento. 
  • Blanc de Noir:
    Del francés «Blanco de Negros», este tipo de champán se elabora exclusivamente con uvas Pinot Noir y Pinot Meunier, dos uvas tintas. A pesar de estar hechos a base de tintas, el líquido resultante es blanco, aunque el contacto con los hollejos puede dotarlos de un tono amarillo más oscuro.
  • Rosé:
    Estos vinos presentan una coloración rosada debido al contacto con los hollejos de las uvas Pinot Noir y Pinot Meunier. Un champán rosé típico ofrece aromas a frutos rojos y notas a levadura. 
  • Prestige Cuvée:
    Es el equivalente a la mejor calidad de espumoso y se elabora a partir de la mezcla de distintas variedades de las mejores cosechas. Su precio suele ser muy elevado.
champagne

CÓMO SE ELABORA EL CHAMPAGNE

No por nada el vino Champagne tiene renombre en todo el mundo. Elaborado mediante el método tradicional o “champenoise”, su elaboración es toda una obra de arte. Todo comienza en el viñedo, donde las uvas se recolectan a mano para obtener la mejor calidad.

Luego, en la bodega, se procede a realizar la primera fermentación, que da como resultado un vino tranquilo bastante ácido. El siguiente paso es tal vez el más importante y se denomina “ensamblaje”. Se trata del arte francés de mezclar distintos vinos para crear el vino base del espumoso. 

Una vez realizado este blending llega el turno de la segunda fermentación, que consiste en agregar a este vino base una mezcla de azúcar y levadura, una combinación mejor conocida como “licor de tiraje”. En esta instancia el vino es almacenado en botellas de vidrio grueso y selladas con una tapa corona. De aquí en adelante, fermentarán lentamente produciendo alcohol y dióxido de carbono. 

A medida que avanza la fermentación las levaduras van muriendo y allí es decisión del enólogo dejarlas allí por un período o retirarlas. Muchos optan por dejarlas un tiempo prolongado para así conseguir las típicas notas a pan tostado que ofrecen estos exponentes. 

El siguiente paso, es el “removido” (del francés “remuage”) y tiene como objetivo la remoción de las levaduras muertas. Para lograrlo, las botellas se colocan boca abajo  con una leve inclinación para así arrastrar los sedimentos hacia el corcho. A partir de ese momento, un “removedor” se encarga todos los días de rotar estas botellas para dinamizar el proceso de forma manual.

Remuage y degüelle

Terminado el proceso de remuage, llega el famoso degüelle, el paso final en la elaboración del Champagne en el que la botella se mantiene boca abajo mientras el cuello se congela en un baño de hielo y sal. Este proceso congela el tapón de vino donde se albergan las levaduras muertas y entonces, se remueve la tapa corona y gracias a la presión del gas, salen expulsados los sedimentos, dejando como resultado un espumoso transparente. 

Luego de este proceso, se añade al líquido resultante un licor de tiraje para rellenar la botella tras lo derramado durante el degüelle y ajustar el nivel de azúcar según el tipo de espumoso que se quiera lograr. Extra Brut, Brut Nature, Demi Sec, etc. Finalmente, la botella se tapa con un corcho que suele estar rodeado de un bozal. Esto es para evitar que el mismo se dispare por la presión de las burbujas dando fin al proceso. 

Sea por los suelos calcáreos o las condiciones climáticas de la región; la famosa segunda fermentación en botella, el arte de ensamblar las uvas con maestría o el degüelle, el vino Champagne es sin duda una de las bebidas más codiciadas del mundo. Sinónimo de lujo y celebración, muchas personas descorchan esta bebida en ocasiones especiales y las guardan como tesoros. Así que, la próxima vez que descorches un espumoso, recordá que de la Champagne solo tiene el método de elaboración. El nombre propio, se le concede únicamente si viene de dicha región francesa.


Ahora que sabes los secretos del Champagne, ¿con qué vas a brindar la próxima?

Por Nayla Díaz para Revista Baco