Arak, Shakshuka, Pargit, Merguez. Todo esto y mucho más integra la carta de Eretz, un resto bar que aportó a la gran oferta de comida étnica de Buenos Aires su granito de arena con todo el sazón de la cocina israelí.

En hebreo, eretz significa tierra y justamente de las tierras hebreas llegaron Itai Sobol y Dor Ratzon, dos amigos de la infancia que tras realizar el tradicional viaje por el mundo que hacen los israelíes luego del ejército, quedaron encantados con la cultura porteña. Así, decidieron emprender un proyecto gastronómico para dar de conocer los sabores de su país, una propuesta diferente a la que conocemos en la actualidad como cocina judía. Aunque en esencia es un país judío (el 75% de su población lo es), en Israel conviven también musulmanes y cristianos, entre otra otras etnias. Gracias a esta multiplicidad de influencias, la comida de la zona presenta una interesante mixtura y se caracteriza por estar fuertemente condimentada.

El corazón de Cantina Eretz le pertenece a una gran barra de tragos, cuyo integrante destacado es el Arak, un destilado de anís bastante similar al aguardiente colombiano, que se combina con frutas y almíbares dando como resultado tragos novedosos y de fácil aceptación al paladar. La carta de comidas llegó por añadidura. En sus comienzos, Eretz solo servía hummus y falafel para acompañar las bebidas y con el tiempo, comenzaron a llegar más personas por la comida que por la bebida. Fue ahí en donde la cocina comenzó a tomar protagonismo.

En la actualidad, a dos años de su apertura, Cantina Eretz ofrece 10 variedades de hummus (pasta de garbanzos cocidos mezclado con pasta de sésamo) servidos con diferentes complementos, ensaladas (tabule, fatush y mejadra), kebabs (pinchos de carne vacuna y de cordero molidas), shawarmas (pan árabe con pollo y cordero), pargit (pinchos de muslo de pollo a la parrilla con guarnición), las especiales salchichas merguez (caseras y a base de ternera y cordero) y hasta el clásico israelí Shakshuka (cazuela de huevos guisados en salsa de tomate). La principal distinción de esta cocina es la preponderancia del sabor de aceite de oliva, limón, ajo y comino, así como la pasta de sésamo, mejor conocida como tahine. Además, a diferencia de la cocina judía, los platos israelís están muy condimentados, en respuesta directa a la tradición de acompañar las comidas con tragos alcohólicos.

Pargit

Ubicado en la esquina de Malabia y Honduras, Eretz ofrece un despliegue de mesitas en la calle, muy codiciadas en la temporada estival, y un gran salón montado en lo que supo ser una antigüa casona palermitana. Su tapeo es un festín de colores y abundancia y resulta una excelente opción para ir de a muchos y probar un poco de todo. Después de todo, así sucede en las casas de familia en Israel. Una buena oportunidad para viajar con el paladar sin moverse de la ciudad.

Por Nayla Díaz (@tintosinsoda)

Cantina Eretz – $$$
Malabia 1583

Solo Efectivo
http://eretzgrillbar.wixsite.com/