Barcelona se ha declarado ciudad ‘Veg-Friendly’, es decir, ciudad amiga de la cultura vegetariana y vegana convirtiéndose en la primera del mundo.
Con esta aprobación, la bella ciudad española de Barcelona adquiere el compromiso de impulsar una serie de acciones para que la ciudad sea auténticamente ‘Veg-Friendly’. Una de ellas es la adhesión a la campaña internacional ‘Lunes sin carne’ (Meat Free Monday) para que la alimentación que provenga de la administración de la ciudad sea vegetariana “de forma voluntaria” los lunes.
Asimismo, este acuerdo contempla la creación de un ‘BCNvegPoint’ como espacio que sirva de punto de encuentro para “emprendedores, ONG’s, consumidores e inversores con el objetivo de favorecer el pequeño y mediano comercio local, de proximidad, vegano y vegetariano”, según se desprende de la propuesta, que fue aprobada la semana pasada por el Ayuntamiento local.
Así, entre las principales iniciativas se destaca la publicación de una guía vegetariana de la ciudad, tanto en papel como digital, y la creación de una App con la que vecinos y, especialmente, los turistas que estén de paso tendrán acceso a esta información.
“Para nosotros es fundamental buscar estrategias que desde lo local puedan construir una transformación global de la alimentación, y lo que hicimos fue dar un primer paso en la ciudad de Barcelona”, explicó en declaraciones a los medios Leonardo Anselmi, vocero de la campaña BCN Veg Friendly.
¿Por qué en Barcelona? Porque esa ciudad tiene “las condiciones sociopolíticas para proponer, aceptar y aplaudir una iniciativa de estas características” y por su capacidad para externalizar determinadas políticas públicas dada su visión cosmopolita e internacional. “A partir de ahora nos podemos poner en disposición de asesorar a todos los ayuntamientos que quieran hacerlo”.
Los impulsores de la iniciativa han expuesto a los regidores de Barcelona un amplio dossier con datos que sustentan las bondades de los hábitos veganos y vegetarianos desde todos los ámbitos: ecologismo, justicia ambiental, repercusión económica, que confluyen junto con la ética en el trato a los animales para concluir que ese tipo de alimentación y de hábitos solo reporta ventajas.