La empresa que patrocina los negocios de Maradona en Abu Dhabi pertenece a Kamis Mohammed Al Rumaithy, una de las familias de la elite de Emiratos Arabes.

En Abu Dhabi dicen que el shopping y el hotel son suyos, que no sería extraño en un país donde los millonarios no suelen andar con chiquitas. El Café “El Diego” tiene dos ventanales pequeños, las paredes son un museo vivo del 10: hay fotos de cada momento de su carrera, un mural con su clásico grito de gol y la frase “Quique center”, homenaje al histórico vecino de La Boca, barrio que está representado con un tendedero de camisetas de fútbol, dibujos de conventillos y sillas de todos colores.

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Dos plasmas repiten imágenes de Maradona en los mundiales y en un empotrado rústico yace una réplica de la copa de 1986, para que los turistas se tomen fotos. Pero con cuidado: los clientes musulmanes no toleran que los retraten y mucho menos a sus mujeres.

El menú es acotado y caro. Una pizza Diego cuesta 85 AED (23 dólares), hay milanesas napolitanas y precios similares, algunas ofertas latinoamericanas como ceviches y quinoas y varios platos con carnes como Lmb, que cuesta 195 AED (53 dólares). Por 20 AED puede pedirse un “Mate Late” o “Mate batido”, helados con un toque de sabor a mate cocido, una creación argentina dedicada a Maradona.

“Es carne argentina”, repite una moza cubana, que como todas está vestida con camiseta de Argentina, con líneas azules finitas. El personal esperó 6 meses la apertura del local, que hasta el domingo sólo funcionaba para los amigos de los dueños. Los dos chef son argentinos y también la encargada de postres, una chica de Caleta Olivia que viene de trabajar en Chile y no dudó en probar suerte en el mundo árabe. “La espera fue larga y no sabíamos porqué. Pero por suerte ya abrimos”, celebró.

Mohammed Al Rumaithy le tiene fe al café de Maradona y ya habla de abrir franquicias en todo el mundo al estilo del Hard Rock Cafe.

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