El tercer sábado de mayo se celebró el Día Mundial del Whisky. Este evento, nacido en 2012 de la mente de Blair Bowman, un joven escocés apasionado por esta bebida, se ha convertido en un fenómeno global que une a aficionados, destiladores y marcas en una celebración de la historia, la artesanía y la cultura del whisky.
Esta fecha tiene al gran destilado como protagonista. Una oportunidad para conocer a fondo la diversidad de whiskies que ofrecen las distintas regiones de Escocia, en combinación con el toque y la innovación local. El principal objetivo de esta jornada es promover la riqueza del whisky, una bebida con siglos de tradición que va más allá de Escocia, su cuna histórica.
Con el correr de los años el whisky también se transformó en un activo clave dentro de los cócteles. ¿Quién dijo que el whisky se toma únicamente puro u on the rocks? Si bien el scotch tiene la reputación de ser una de las bebidas espirituosas más refinadas, también se puede disfrutar de muchas otras formas.
“Los cócteles son una excelente manera de explorar los sabores de Johnnie Walker. Por ejemplo, el highball es una preparación sencilla que centra al whisky como el corazón de una colección de cócteles livianos y versátiles para disfrutar en toda ocasión,” comenta Santiago Michelis, Brand Ambassador regional de Diageo. “De esta categoría, recomendamos el Johnnie Collins.”
Para prepararlo:poner 45ml de Johnnie Walker Black Label, 20ml de jugo fresco de limón, 20ml de almíbar simple en una coctelera, batir con mucho hielo en cubos, y colar sobre un vaso alto. Agregar nuevo hielo en cubos hasta arriba de todo, y terminarlo con un toque de soda (¡si es de sifón, mejor!).
¿No tenés coctelera? No te preocupes, podés usar un frasco vacío con tapa o bien preparar un Johnnie & Lemon Highball, una versión más simple mezclando directamente en vaso alto 45ml de tu etiqueta favorita de Johnnie Walker con 135ml de gaseosa lima limón.
¡Salud!