Guilab es un “laboratorio de helados”, fundado por el chef Diego Guillen quien se instruyó en la técnica de la gastronomía molecular en Londres y la trajo a Buenos Aires, junto a su socia y pareja, Barbara Lehrner. Las cremas heladas con nitrógeno se preparan entre batidoras industriales, termómetros digitales, tubos de ensayo y tanques con nitrógeno líquido.
La gastronomía molecular es la aplicación de los principios científicos a la preparación de las cocinas domésticas y se relaciona con las propiedades físico-químicas de los alimentos y los procesos tecnológicos a los que éstos se someten, como el batido, la gelificación, y el aumento de la viscosidad, entre otros.
Desde el «laboratorio» de Guilab ofrecen sabores tradicionales y gourmet en una experiencia particular para el consumidor con una elaboración al instante de los helados en un laboratorio rodante para eventos sociales y corporativos.
La carta de gustos actual de Guilab ofrece 18 sabores. “Estamos todo el tiempo ensayando nuevos gustos y aromas, que después elaboramos en el acto y a pedido de cada cliente”, cuenta Guillén. “La clave es el enfriamiento instantáneo provocado por el nitrógeno (a -198°C) que, al batirlo, va subiendo la temperatura hasta el punto ideal de -9°C”, explica.
Pero Guilab no es solo helados, sino que además ofrece una experiencia diferente al público, ya que permiten al comensal contemplar cómo le preparan su helado en el acto (en menos de 60 segundos) a través de batidoras de última generación, bajo un ambiente de luces y música especialmente escogido para cada ocasión.
Guilab utiliza materia prima de primera calidad, con frutas frescas y no añade conservantes ni aditivos. Es por ello que sus helados son aptos para celíacos y están en camino de ofrecerlos también a los diabéticos.
En la actualidad, se los puede encontrar en alguna de las ya tradicionales ferias de gastronomía que se realizan en la ciudad, y sino, mediante su página web.