Normalmente tenemos a nuestra mascota al lado nuestro y nos vemos tentados de darles alguno de los alimentos que estamos consumiendo porque nos mira con unos ojos imposibles de resistir. Pero no todas las comidas son apropiadas para nuestras mascotas e incluso cuando les cocinamos debemos tener cuidado de los alimentos que les damos para que su salud sea la mejor.
Estos son cinco alimentos que jamás deberás darle a tus perros o gatos. Si bien en la mayoría de los casos puede no ocurrir nada, en otros pueden llegar a ser fatales.
1 y 2. Ajo y cebolla
Tanto el ajo como la cebolla, en todas sus presentaciones (crudos, cocidos, en polvo), contienen sustancias químicas que dañan los glóbulos rojos de la sangre en los gatos y en los perros. Una vez afectados, los glóbulos pueden perder su capacidad de transportar oxígeno de forma eficaz. Ojo.
3. Chocolate
Es el alimento contraindicado más difundido, y con razón: el chocolate contiene teobromina, un compuesto químico que es muy tóxico para los perros. Los diferentes tipos de esta golosina presentas distintos niveles de teobromina (el chocolate negro tiene mucho más que el chocolate con leche, por ejemplo). Los efectos que produce varían entre vómitos, diarrea, frecuencia cardíaca irregular, inquietud, temblores musculares y convulsiones. En casos extremos, incluso puede ser mortal.
4. Uvas
Las uvas (y también las pasas) pueden ser causantes de insuficiencia renal aguda en gatos y perros. No se ha descubierto a ciencia cierta cuál es el tóxico presente en esta fruta, pero sus consecuencias son claras: vómitos, diarrea y cansancio, que pueden combinarse con muchos otros síntomas propios de los problemas renales. Mantené los racimos lejos de tu mascota.
5. Xilitol (presente en algunas golosinas)
El xilitol es un edulcorante artificial que se encuentra en productos como el chicle, los caramelos y las pastillas de menta. Es perjudicial para los perros (aún no se sabe si lo es para los gatos) ya que causa una repentina libreación de insulina en el cuerpo, que a su vez conduce a la hipoglucemia (bajos niveles de azúcar en sangre). También puede afectar el hígado. Entre los síntomas figuran vómitos, cansancio y descoordinación.