Con un nombre que refleja su ubicación respecto de Mendoza como centro neurálgico de la industria del vino en el país, Finca Las Antípodas combina innovación y know how especializado para llevar la producción vitivinícola a Junín, Buenos Aires, transformando la región en un nuevo destino enoturístico.
Durante años, los amantes del vino que querían conocer un viñedo tenían que viajar hasta Mendoza. Sin embargo, desde 2020, esta experiencia es posible cerca de Capital Federal, gracias a Finca Las Antípodas, ubicada en Junín, a poco más de 260 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. El nombre «Las Antípodas» no es casualidad: su ubicación geográfica se sitúa, de manera casi exacta, en las antípodas de Mendoza, el tradicional polo vitivinícola argentino.
Finca Las Antípodas: un nombre con historia
El nombre «Las Antípodas» refiere a su ubicación diametralmente opuesta a Mendoza, situándose a más de 700 kilómetros en línea recta hacia el Este, a la misma latitud que San Rafael. Este juego de palabras, sumado al desafío de desarrollar un viñedo en una región no tradicional, marca el espíritu pionero del proyecto.
Finca Las Antípodas se posiciona como una alternativa cercana y accesible para quienes buscan explorar el mundo del vino sin alejarse demasiado de Buenos Aires, así como demuestran que la pasión y el esfuerzo pueden llevar a la creación de vinos excepcionales, incluso en lugares inimaginables.
“Es cierto que uno está acostumbrado a beber vinos de Cuyo, Salta o La Patagonia, pero también hay cada vez más regiones que tienen su propia personalidad y es divertido ir probando vinos de distintos lugares que no sean todos iguales”, describe Mariano Tessone, uno de sus creadores, y suma: “Es un proyecto 100% juninense de la Pampa Húmeda y estamos orgullosos de eso, queremos mostrar las posibilidades que este lugar tiene”.
Un proyecto con raíces locales
La historia de Finca Las Antípodas comienza con Mariano Tessone (50) y Juan Pablo Richelmini (50), dos amigos juninenses apasionados por el vino, quienes decidieron implantar un viñedo.
La pregunta era: ¿dónde llevarlo a cabo? Resultó que el padre de Mariano tenía unas tierras en una zona de quintas de Junín, y cuando le sugirieron plantar el viñedo allí, respondió: «Si me aseguran que voy a recibir vino, adelante, úsenla». Luego, pudieron ampliarse a otras cinco hectáreas, conformando las seis en total que poseen hoy.
Mariano, abogado y exjugador de rugby, y Juan Pablo, conocido como «El Polle» en el ámbito avícola donde continúa trabajando, tenían un claro objetivo: “Queremos que Junín tenga su vino propio”. “Veníamos con mucho trabajo en Junín Golf Club, y con cuarenta años recién cumplidos, surgió la idea de lanzar un proyecto propio, unido a nuestra pasión y curiosidad por el vino”, cuenta el abogado Mariano Tessone sobre el inicio de Las Antípodas.
El desafío era grande, ya que en la región no existía tradición vitivinícola ni el know how especializado necesario para desarrollar un proyecto de esta magnitud. Pero con determinación y ayuda de expertos, lograron avanzar. Con el asesoramiento inicial de Gabriela Celeste, directora de la consultora líder Eno-Rolland, se delineó un proyecto experimental que comenzó con la implantación de las primeras plantas de Malbec, Petit Verdot y Cabernet Franc en noviembre de 2013. Así nació el sueño de un viñedo en la Pampa Húmeda, con condiciones climáticas y de suelo muy distintas a las de las provincias vitivinícolas tradicionales.
“El proyecto Finca Las Antípodas representa un verdadero reto que demuestra que, con dedicación, conocimiento científico y pasión, todo es posible. Aquí, el esfuerzo incansable de los propietarios y su equipo cercano fue clave, junto con la aplicación de la ciencia para lograr la producción de uvas saludables en una región donde antes era impensable cultivarlas. Pero, sin duda, lo que impulsa cada avance es la pasión que se invierte diariamente para hacer realidad este emprendimiento”, sostiene Celeste, reconocida profesional en la industria y amplia trayectoria.
Actualmente, Gerardo Pereyra es el winemaker y asesor principal, también juninense y estudioso del mundo del vino. “El valor agregado de Las Antípodas así como para cualquier otro productor de esta zona de la Provincia de Buenos Aires es la aventura de cosechar fruta sana y elaborar vino”, cuenta Pereyra y agrega: “Las marchas climáticas en esta zona son más disímiles año tras año que en otras zonas de la Cordillera de los Andes, pero la idea es que respetemos lo que sucede en el campo, lo que nos dice y entrega la planta y a partir de ahí, elaborar el mejor producto posible en cada año”.
El camino a la primera cosecha
Establecer un viñedo en Buenos Aires no estuvo exento de obstáculos. Las lluvias constantes y la presencia de insectos propios de la región provocaron la pérdida de la primera cosecha en 2017. A partir de esta experiencia, se implementaron planes de acción para adaptar el manejo de la finca a las particularidades del clima local. Además, se colocaron mallas anti granizo para proteger las plantas de los pájaros, aunque este método también trajo desafíos como la condensación de humedad, algo no demasiado conveniente dadas las características climáticas de la zona.
En 2018, finalmente, Finca Las Antípodas presentó su primer vino: Las Antípodas Field Blend 2018, un corte de 75% Petit Verdot y 25% Malbec, con una producción de apenas 600 botellas. Este vino fue el inicio de una serie de etiquetas que hoy incluyen también Ancellota y Marselan.
«Nuestros vinos son frescos, con poco alcohol, con alguna nota herbácea y con poca intervención de madera porque lo que queremos es que se exprese el terroir de la zona. Va variando año a año y cada vino es distinto a otro en general. Tenemos ya cuatro vendimias (2021 – 2022 – 2023 – 2024) y vamos aprendiendo día a día», relata Tessone sobre la producción.
Un espacio para el enoturismo
Finca Las Antípodas es uno de los nueve viñedos que conforman la “Ruta del Vino de la provincia de Buenos Aires”. La finca no solo ofrece una experiencia enológica única, sino también un entorno perfecto para relajarse. Cuenta con tres guest houses estilo container con capacidad para cuatro personas cada una, con vistas a la finca, rodeadas de viñedos y con una piscina confortable para sumar frescura al disfrute del paisaje. El paquete de alojamiento, que requiere reserva previa, incluye desayuno y degustación de vinos como actividad opcional.
Las degustaciones y otros eventos que incluyen gastronomía local también son parte del calendario habitual de la finca, tanto para quienes allí se alojan como para aquellos que la visitan por el día.
Conocé más en @lasantipodasok