Tanto en los bosques como en las zonas áridas del valle de El Bolsón, Patagonia Argentina, crece una planta de altísima calidad, color y aroma intensos y que solo es recolectada a mano por pequeños productores locales: el enebro salvaje patagónico.
Según Rodrigo Carbajal, productor de enebro de El Bolsón, pertenece a la variedad Junniperus Comunis, que es “la variedad de enebro que más prosperó en la Comarca Andina. Tiene un perfil floral y mentolado, a diferencia de la variedad Virginiana, con la que se hicieron investigaciones en esta región en el ‘60, y se caracteriza por el aroma a pino”. La polinización ocurre durante octubre, el momento en el que nacen las nuevas bayas que se cosechan entre enero y marzo, dependiendo de las condiciones del clima y la madurez del fruto.
Según cuentan los pobladores, este tipo de enebro fue plantado entre las décadas del 70 y el 80 para fabricar ginebra, pero luego de algunas ventas, se descontinuó. Sin embargo, la planta comenzó a proliferar en los alrededores: se expandió por el bosque de ciprés y por las plantaciones de pinos de la Comarca Andina del Paralelo 42 en localidades como El Foyel, El Maitén, El Hoyo, Lago Puelo y Cholila, aún en las condiciones más extremas.
Enebro salvaje, el ingrediente clave
Profundizando sobre su receta, quienes hacen BOSQUE se toparon con este tesoro poco explotado hasta el momento, y decidieron “trabajar codo a codo con pequeños productores locales para llegar a las cantidades que necesitaban”. El enebro salvaje es cosechado a mano por productores a pequeña escala, quienes imprimen una identidad artesanal al proceso de producción desde el comienzo.
“Aprendimos que cuando cosechamos con la punta de los dedos, se desprenden las bayas maduras, que están más lejos de la parte leñosa de las ramas, y las bayas verdes quedan en la planta. Esta forma de cosechar no sólo cuida la baya verde para que siga su ciclo hasta el año siguiente, sino que también cuida la integridad de las hojas. Como ventaja para el que cosecha, la limpieza es mucho más fácil y rápida.” Gisela Guastavino, productora de enebro de “Amores del Bosque”, El Bolsón.
Bosque Gin, una bebida 100% patagónica
BOSQUE Gin cultiva varios años de relación con sus proveedores y los contacta sin intermediarios, para promover el comercio justo y respetar su trabajo, que a menudo es subvalorado. Por esta razón, otro importante diferencial de este insumo es el impacto económico y social que tiene para un sector de la sociedad de la Comarca Andina. La cosecha de enebro representa una oportunidad de ingresos para casi 200 cosechadores, mujeres en su mayoría, y 15 familias que generan el equivalente a un sueldo extra durante los 3 meses de la temporada.
Además, salir al bosque a recolectar este fruto silvestre implica momentos en comunidad en los que se inculca la cultura del cuidado de la naturaleza, un valor fundacional de BOSQUE y que se alinea a su compromiso continuo con la sostenibilidad y regeneración de los bosques nativos.
Por eso, la temporada de cosecha significa mucho más que la recolección de un botánico, es un momento para afianzar lo que define la identidad de su destilado: la selección manual de la materia prima y el compromiso de sus fundadores con cada uno de los proveedores.
Para BOSQUE, es también un tiempo de comunión con la tierra, el valle, la montaña y la gente que lo produce; esa identidad que se construye en comunidad y traspasa fronteras. Este año BOSQUE Craft Gin llegó a Estados Unidos y sigue expandiéndose desde las ganas de honrar a la Patagonia y compartir su esencia con el resto del mundo.
BOSQUE
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