El restaurant Eatsa abrió sus puertas en San Francisco, Estados Unidos y se convirtió en noticia por su propuesta «futurista». Se trata del primer restaurante del mundo en el que los clientes piden, pagan y reciben su comida sin interactuar con ninguna persona.
Los pedidos se realizan a través de una tablet, pagan con tarjeta de crédito y la comida es depositada en uno de los tantos cubículos numerados del local. Delante de los cubículos se encuentran unas pantallas transparentes de LCD, que se ponen negras cuando uno de los cocineros deposita la comida, para que el comensal no vea a nadie.
«Yo no lo llamaría restaurante, es más bien un sistema de adquisición de comida”, indicó a The New York Times David Friedberg, fundador de Eatsa.
Friedberg dijo que el objetivo no era abrir un restaurante sin personas sino «abrir un restaurante de comida rápida que aspirara a ser más rápido, más sabroso y menos costoso».