Los Mercados de la Tierra llegan a Uruguay. El de Colonia Valdense que se celebra todos los sábados por la mañana en la posada La Vigna Ecolifestyle, entra en la red de Slow Food. El 13 de marzo habrá un intercambio simbólico de semillas.
La red de los Mercados de la Tierra de Slow Food, mercados de agricultores que se identifican con los principios que fomenta la asociación del Caracol, se amplía y acoge a Uruguay, convirtiéndose así en la 28.º nación del mundo que alberga, por lo menos, uno. El mérito es de Colonia Valdense, un pequeño pueblo al sur del país, donde hace ya un año que un grupo de productores comenzaron a reunirse semanalmente para ofrecer a los clientes una amplia selección de productos biológicos, de kilómetro cero y totalmente en línea con los valores de Slow Food. El 13 de marzo, el mercado de Colonia Valdense entra oficialmente a formar parte de la red internacional de los Mercados de la Tierra Slow Food y os espera todos los sábados por la mañana de 9:30 a 12:30 en la posada La Vigna Ecolifestyle.
En el Mercado de la Tierra de Slow Food de Colonia Valdense —a 120 kilómetros al oeste de la capital, Montevideo, y no muy lejos del Río de la Plata, el estuario de los ríos de Uruguay y Paraná, sobre el cual se asoma también Buenos Aires— participan 20 productores, 11 de los cuales son mujeres. La oferta de productos es muy variada: desde quesos y leche cruda de vaca, oveja y cabra hasta pan de fermentación natural hecho con harina artesanal, desde los tradicionales bricelets (galletas típicas de la zona hechas con huevo, harina, azúcar, mantequilla y cáscara de limón) hasta los peculiares charqui, carne deshidratada y conservada en sal. También encontraremos frutas, verduras y hortalizas biológicas, conservas y mermeladas, hierbas aromáticas, tés, hierbas medicinales autóctonas, plantas y flores.
«Nuestro objetivo es crear un lugar de encuentro entre los productores y los consumidores, un momento de intercambio de conocimientos, de diálogo, de alimentos» explica Lucila Provvidente, referente del Mercado de la Tierra de Slow Food en Colonia Valdense. «También queremos crear un lugar en el que dar una mayor visibilidad a los productores locales que practican la agroecología».
Los productores del mercado uruguayo, que a finales del año pasado trabajaron con un gran espíritu colaborativo, nos cuentan: «Los sábados son momentos de diálogos e intercambios —explican Mariana Sellanes y Alejandro Diano, que llevan su propio pan artesanal a Colonia Valdense— durante los cuales cada uno contribuye con nuevas ideas, proyectos y acciones con las que promocionar el mercado». Así, junto con la venta de productos alimentarios, la cita de los sábados se ha ido enriqueciendo semana tras semana con conferencias, presentaciones de libros y exhibiciones musicales.
Semillas y raíces
Colonia Valdense, como su nombre indica, tiene orígenes italianos. De hecho, este pueblo lo fundaron en el 1858 un grupo de emigrantes procedentes de los valles valdenses, en particular de Villar Pellice.
El 13 de marzo, con ocasión del comienzo oficial del Mercado de la Tierra de Slow Food, Colonia Valdense organizará también un intercambio simbólico de semillas para reflexionar juntos sobre la importancia de conservarlas y transmitirlas a las próximas generaciones, asegurando así la producción y la selección de las simientes para las comunidades locales: «Tener semillas “libres” es un modo de defender nuestra soberanía alimentaria —nos dice Lucila—. El que tiene semillas biológicas las pone a disposición de los demás, llevándolas al mercado en bolsitas etiquetadas que indican la tipología, el productor y la fecha de recogida. Aquel que no tenga semillas puede también recibirlas, comprometiéndose a compartirlas con otras personas en las futuras ediciones».
Intercambiar y compartir son, en resumen, las palabras clave del proyecto, son los principios mediante los que transmitir la importancia de producir un alimento bueno, limpio y justo. «A pesar de la entrada reciente del Mercado en la red de Slow Food — concluye Lucila—, la Comunidad Slow Food Colonia Sabores y Tradiciones no tiene intención de quedarse ahí, de hecho, ya está trabajando para organizar los “Circuitos Slow”, un paseo en bicicleta por las fábricas y los huertos de la zona. La idea, lógicamente, sigue siendo la misma: seguir difundiendo, y conocer en primera persona, el trabajo de los productores que se preocupan por el bienestar de la tierra, de la producción alimentaria y de las personas».