Por Nayla Díaz
En una esquina de Palermo decenas de personas se congregan y esperan hasta una hora para degustar delicias de la cocina de medio oriente. Su éxito reside en la sencillez. Platos bien logrados, abundantes y a precios amables.
Un restaurant que cumple a la perfección con la regla de las tres B (bueno, bonito y barato) es Sarkis. Se trata de un bodegón clásico ubicado en la esquina de Thames y Jufré – donde Villa Crespo se pierde con Palermo- y ofrece una amplia gama de comida de medio oriente, aunque su especialidad es la comida armenia. Sus mozos son de la vieja escuela; activos, diligentes y con una recomendación sincera bajo la manga.
Este lugar tiene la particularidad de mantener, a lo largo del tiempo, una excelente relación precio/calidad. Y no hay comensal que haya ido que no desee regresar, casi como si fuera una ley. Es que los platos, además de exóticos, son servidos en abundantes porciones y condimentados con exacta precisión, generando un coro de «mmmm’s» a lo largo y ancho del amplio y bullicioso salón.
Lo ideal es ir con apetito, y por qué no, en grupo, para aprovechar la visita y probar la mayor cantidad de platos posibles de la amplia carta. Eso sí: ansiosos abstenerse, ya que para conseguir una mesa en Sarkis hay que armarse de paciencia y saber esperar, o ir muy temprano a cenar.
Es dificil elegir entre alguna de las deliciosas entradas aunque afortunadamente se puede optar por la porción entera o media porción, y algunos de los imperdibles son: Hummus (pasta hecha a base de garbanzos, con tahín, oliva, pimentón y perejil), ensalada Tabule (con trigo burgol, morrón, cebolla y perejil), ensalada Belén (berenjenas, morrón, pasas y castañás de cajú), Baba Ganoush (pasta hecha a base de berenjenas); Keppe cocido o crudo y los clásicos niños envueltos. Todas las entradas vienen acompañadas, por supuesto, de pan árabe calentito.
A la hora del plato principal, hay algunas joyas imperdibles: Falafel (bolitas de garbanzo y haba procesada, fritas, sobre una ensalada de repollo y bañadas en una salsa especial), Kafta al fierrito con salsa de yogurt (una gran albóndiga de carne delicadamente condimentada – se puede optar entre carne vacuna, pollo o cordero), Moussaka (lasaña de berenjena), Muyatra (Ensalada caliente de trigo burgol, lentejas, croutons, y cebolla frita inolvidables) y mucho más.
Si después de todo este festín de sabores de medio oriente, aún queda resto para cerrar la velada con un delicioso postre, la carta sigue ofreciendo sorpresas: el clásico Baklava, o una porción de deditos (hechos de masa philo crocante, rellenos con nueces y especias, sumergidos en un almíbar espeso y aromático) acompañados de helado de crema.
El lugar es bullicioso y la actitud frenética de los mozos puede incomodar a alguien que visita por primera vez esta meca de la comida armenia en la Ciudad, pero después del primer bocado, todo quedará olvidado y el paladar hablará por sí mismo. Recuerden: el que conoce Sarkis, siempre vuelve.
Sarkis
Thames 1101, esquina Jufré, Buenos Aires
Tel: 4772-4911
– Solo efectivo –