La cervecería artesanal que comenzó sus andanzas en el Hipódromo de Palermo no solo inauguró su propia planta de elaboración sino que ya llegó a los supermercados.
A tan solo dos años y medio de su apertura en el elegante palacete La París en el predio del Hipódromo Palermo, la cervecería Rabieta ha venido experimentando un crecimiento sostenido y los excelentes resultados animaron a los seis socios a ir por más. Así es como este año dieron otro paso clave al sumar “Pilar Brewery”, la planta de elaboración de esta cerveza malcriada, que desde hace ya dos semanas se comenzó a embotellar y enlatar llegando a las góndolas de los principales supermercados.
“Uno de nuestros mayores anhelos era poder hacer una cerveza artesanal que pudieran disfrutar la mayor cantidad de argentinos. El estar en el supermercado es lo que hace posible poder llegar a todas esas personas”, comenta Gustavo Schickendantz, socio fundador de Rabieta y ex vicepresidente de Marketing e Innovación en Heineken Global, quien dio origen a la compañía junto a Miguel de Achával, Gerente Comercial y Marketing del Hipódromo de Palermo; Tomás Fellner, ex director de Trade Marketing en Quilmes; Rubén Diciero, maestro cervecero y ex gerente industrial en Quilmes; Guido Muhr, ex gerente de planta en Cervecería Boliviana Nacional; y Sebastián Mackinnon, Managing Director en Diageo Guinness para América Latina.
Con una inversión inicial de 5 millones de dólares, y equipada con tecnología de primer nivel, estará envasando 120.000 litros mensuales de cerveza de la más alta calidad, la que se espera le permita desplegarse en las principales góndolas a nivel país. Las primeras cinco variedades que se comenzaron a producir, y a envasar en botella y lata son la IRISH RED ALE, la IPA, la GOLDEN, la RED HONEY y la WEE HEAVY.
“Habiéndose puesto ya en marcha la producción en Pilar estaremos inaugurando para la primavera y en el mismo predio, un lugar para pasar el día con amigos y en familia, en un espacio cálido y relajado, y también ofrecerles a los visitantes, la posibilidad de recorrer el polo cervecero y observar el proceso de fabricación”, subraya Miguel de Achával.
Por su parte, Schickendantz asegura que «Rabieta se plantea a sí misma como una pyme más: que quiere ser pujante, que le importa que el país salga adelante. Así es como, basados en una propuesta de calidad: importamos las mejores máquinas para producir y romper el molde, y que la cerveza craft pueda viajar, salir del país y representarnos. Ojalá alguna vez podamos compartir el container con otras craft para llevar cerveza argentina a todo el mundo”.