Gran parte de nuestra vida la pasamos durmiendo. Cuando cumplamos 60 años, 20 de ellos los habremos dormido, según datos del Instituto de Medicina del Sueño. El descanso es muy importante en nuestro día a día. La vigilia y el sueño están relacionados con secreciones hormonales que se dan de manera cíclica en nuestro organismo, un ciclo que puede verse alterado por factores como la alimentación, el estrés y los viajes largos.
Cuando dormimos, nuestro organismo libera la hormona del crecimiento, destinada a regenerar nuestras células y aumentar el volumen muscular. Además, se refuerza el sistema inmunológico y nos hace mas resistentes ante las enfermedades. Y es el momento en que el organismo se repone y debe acabar con el estrés sufrido durante la jornada de trabajo.
Al dormir, además, nuestro cerebro consolida su memoria (por eso se recomienda descansar bien antes de un examen), regula nuestro estado del humor y disminuye la agresividad y la ansiedad. Pero para mantener el correcto funcionamiento, una persona debe dormir al menos unas 7 horas diarias, sino el cuerpo ingresa en un ciclo de bajo rendimiento, con incremento del apetito y reducción de la capacidad mental.
Para conseguir un buen descanso es recomendable beber agua en la cena, consumir cereales , cantidades moderadas de carnes y quesos y alimentos ricos en magnesio. En la vereda de enfrente, las comidas muy cargadas y pesadas, postres ricos en azúcar o bebidas con cafeína, entre otros, atentarán contra nuestra capacidad del buen dormir.