Del 10 al 13 de febrero se llevará a cabo en Italia la tercera reunión mundial del Foro de los pueblos Indígenas y el Baluarte Slow Food del Gran Chaco será protagonista.
La Fundación Slow Food fue creada en 2003 para coordinar los proyectos vinculados con la protección de las producciones alimentarias de calidad ligadas al territorio. Uno de los proyectos más sobresalientes es el de los Baluartes, que son inventarios de alimentos de calidad que corren el riesgo de desaparecer, producidos artesanalmente en cantidades limitadas y vinculados al ambiente, a la historia y a la realidad socioeconómica de una región.
Del 10 al 13 de febrero se llevará a cabo en Italia la tercera reunión mundial del Foro de los pueblos Indígenas en la sede del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en la calle Paolo di Dono, 44 (en Roma) y el Baluarte Slow Food del Gran Chaco será protagonista. Para la ocasión, participarán Slow Food junto a la Representación Permanente de la República Argentina ante la FAO, el FIDA y el World Food Programme, y la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) del Ministerio de Agroindustria argentino.
El Baluarte, apoyado por el FIDA, involucra a cerca de 1.600 mujeres de los pueblos wichí y comle’ec y promueve de nuevo el consumo de productos tradicionales del Gran Chaco para contrarrestar el abandono del territorio y el empobrecimiento de la alimentación de la población local. El Gran Chaco, una de las de las regiones ecológicas más grandes de América Latina, es una tierra baja que incluye parte de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay. Allí, los árboles de algarroba blanca, chañar y mistol han sido parte de la cultura alimentaria de la población indígena desde la era precolombina.
Nazareno Iovino, un panadero argentino de la red de Slow Food, tuvo la idea de cocinar canapés hechos con harina de algarroba del Baluarte. Para la ocasión, Fabrizio Franco y Omar Fattah del local Pane e Tempesta de Roma (Italia) interpretarán la receta. También se servirán empanadas y vino de la comunidad indígena de Amaicha del Valle, de Tucumán, una comunidad que está apoyada por un proyecto de cultivo y elaboración de vino indígena de la UCAR.