Cuando nos ponemos a dieta lo primero que hacemos es eliminar o reducir las harinas en nuestra alimentación. Grave error. Los hidratos de carbono nos aportan el 50 o 60% de nuestra energía total y son fundamentales en nuestro día a día. Siempre que controlemos las cantidades, ningún alimento engorda por sí mismo, así que derribemos algunos mitos sobre el consumo de pan.
Comer pastas, arroz o pan engorda
Como dijimos, ningún alimento engorda por sí mismo. Puede aportar más o menos calorías pero el secreto está en la porción que comamos. Además, el pan hace que nuestra dieta sea equilibrada, contiene poca grasa y no es sinónimo de aumento de peso.
Lo que engorda es la miga
Tanto la miga como la corteza son parte de lo mismo. La diferencia es que esta última está deshidratada y por eso la miga es más esponjosa, porque conserva el agua.
El pan tostado es mejor para hacer dietas hipocalóricas
Malas noticias. El pan tostado tiene las mismas calorías que el que no lo está. La diferencia es que a uno se le ha quitado el agua y la sensación de saciedad que aporta durará menos en el tiempo.
El pan integral tiene pocas calorías
Otro mito falso. Igual que el blanco, aportan las mismas calorías. La ventaja del integral es su contenido en fibra insoluble, una molécula que prolonga la sensación de saciedad y regula el tránsito intestinal.
El pan es un alimento que carece de importancia y del que se puede prescindir
Al ser una importante fuente de hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales, eliminarlo puede provocar un desequilibrio en nuestra dieta. Los expertos recomiendan tomar entre 220 y 250 gramos al día, repartidos en las diferentes comidas.