SUPERFANTASTIC

En tiempos en que se festeja la crueldad aparecieron dos películas «Superfantastic», una de DC: Superman y otra de Marvel: 4 Fantásticos, que recuperan a los clásicos superhéroes buenos. 

Tenemos que haber llegado a una cima de festejos de la crueldad, cinismo, y en la ficción de antihéroes, villanos glorificados y superhéroes oscuros para que dos películas (una de DC y otra de Marvel) sean una novedad simplemente por traer superhéroes más clásicos y básicamente buenos. Me refiero, por supuesto, a Superman y a Los 4 fantásticos: primeros pasos. Ambas recuperan una narración más tradicional del enfrentamiento entre el bien y el mal, sin perder por eso una complejidad narrativa más propia de nuestra era. Después de la salida de Superman, se instaló un eslogan en redes: “Ser bueno es el nuevo punk-rock” como una suerte de respuesta a los gobiernos conservadores y crueles y a cierto festejo de la maldad en redes que existe en el presente. 

Uno podría dividir las iteraciones de Superman en tres: el clásic de Christopher Reeves de 1978, que era más inocente a la mirada del presente. El de la época de Zack Snyder, más oscuro, visceral, cargado de violencia y hasta de venganza.  Y este nuevo Superman de la era de James Gunn: más vulnerable, más humano y… más bueno. Casi buenudo. 

En paralelo, se pueden observar los cambios de su archivillano: en la película de 1978 eran un criminal que vivía en las alcantarillas. Acá es un mega empresario con una utopía de tecnobillonario. Construir un país regido por la tecnología llamado Lutherandia.  Y que insulta permanentenmente a Superman por ser un inmigrante en EEUU. ¿Les suena? 

Ahora bien, si el superman de Chris Reeve decía sin que le entraran dudas que peleaba por “la verdad, la justicia y the american way” en 1978 a este Superman actual se le cuestiona si puede intervenir entre conflictos armados entre dos naciones (que se parecen mucho a Ucrania y Rusia, o incluso a Palestina e Israel). Superman es víctima de las fake news, de las redes sociales y de los trolls de Luthor (que ya generaron muchos memes). Se enoja con los hashtags que le ponen. En suma, es un superman vulnerable. Siempre está por perder. Esto lo diferencia de otras versiones donde era difícil encontrar el desafío o el entusiasmo por un superheroe que es invencible. 

superfantastic

La reacción que tuvo la película plantea la pregunta: ¿hacen falta más superheroes buenos, 100% buenos, hasta buenudos como ese Superman en estos tiempo? ¿Es hora de volver a las bases y a los superhéroes clásicos y cortarla un poco con tanto antiheroe o tanto villano glorificado?

Esto que pasó esta semana excede la mera campaña de prensa de la película, que cayó con el eslogan “Ser bueno es el nuevo punk rock”, y conectó con una necesidad ante tanto gobernante que celebra la crueldad, llamese Donald Trump, Javier Milei u Elon Musk. 

Algunos ejemplos: David Rubin escribió en Twitter que “la única hasta ahora que hace girar todo en torno a una idea muy simple, muy demodé -por desgracia- pero tremendamente necesaria: SER BUENA PERSONA ES LO QUE TE HACE SUPER. Ya sabéis, eso a lo que algunos llaman ahora despectivamente «woke» es ser buena persona, ni más ni menos, y eso es lo que Superman fué, es y será siempre. Remedos de supervillanos, de Lex Luthors de segunda, los tenemos a punta pala en nuestra realidad, en nuestro día a día, a diferentes escalas, desde presidentes de países, aspirantes a serlo, empresarios multimillonarios que opinan que ser empático es una tara, destruye vidas y mentes”. Concluye diciendo que este es el Superman que necesita esta era. Lo mismo dijo la actriz Elena de Lara: “El Superman de ahora es la respuesta a una necesidad: a la necesidad de que vuelvan las buenas personas”.

Hay algo con lo que conectó la película: que ser un hijo de yuta debería ser repudiado de nuevo socialmente. Que ser bueno debería ser bien visto. Homelander es divertido. Pero el problema es que los fachos piensan que está bueno ser Homelander. No entienden que es el villano.  Por eso, parece que necesitamos más Supermans y menos Homelanders.

Los 4 Fantasticos

La película de Marvel se juega menos en lo político pero también nos trae una aventura tradicional con héroes buenos y luminosos. Llenos de trajes y merchandising que también usa la mayoría de la población, y especialmente muchos niños. Son heroes queridos por el pueblo, algo que la película remarca mucho. Y, además, esta película se trata de la familia. Lo primero es la familia.

Es interesante el cambio que plantea con respecto a las madres en el MCU: hasta ahora eran o bien vengativas (Wanda) o bien trad-wifes sin agencia (la esposa de Hawkeye) o bien había mujeres a las que les sacaron el útero (ambas Black Widow). Acá tenemos una Madre con mayúscula. Y Galactus va a entender lo que no entendió tampoco la dictadura argentina:

NUNCA

TE METAS

CON UNA MADRE

Vanessa Kirby hace la mejor Sue Storm. Perdón Jessica Alba. 

Por lo demás, eEl villano (Galactus) es olvidable. Julia Garner hace lo que puede con todo ese CGI encima para ser Silver Surfer. Una película correcta, pero que no cambia la historia del MCU.

Para ser justos, había demasiada expectativa puesta en esta película, como si fuera a ser la peli que venía a salvar el MCU. Se dijo lo mismo de Deadpool 3. Thunderbolts algo parecido. Ninguna peli “salva” el estado actual de Marvel per se. Es mejor evaluarla como peli en si misma. 

Algo positivo: en un MCU con 37 peliculas y 14 series, esta es una peli que empieza de nuevo y se la banca sola. 

  • Superman y Los 4 fantásticos: primeros pasos están actualmente en cines.